El alcalde de Pozoblanco, Santiago Cabello, y el concejal de Urbanismo, Manuel Cabrera, han presentado a los empresarios del polígono industrial La Dehesa Boyal el proyecto de ordenación urbanística de esta zona industrial, que traerá consigo mejoras en su fisonomía y uso y lo dotará de zonas verdes y de ocio.

El proyecto contempla la creación de una identidad corporativa que incluye señalética interna de las calles del polígono y sus diferentes empresas. Además, facilitará a los usuarios la localización de las empresas y servicios, así como la ordenación de los aparcamientos de vehículos, además de crear nuevos espacios para aparcar bicicletas.

También se mejorarán las zonas verdes del polígono como las rotondas o fachadas de las naves y se crearán espacios de uso público con zonas arboladas y mobiliario urbano multiusos, así como zonas de ocio conectadas a rutas de senderismo. Además, se confeccionará un catálogo de especies autóctonas de uso ornamental.

Con el objetivo de promover el uso no industrial del polígono, el proyecto contempla una serie de acciones que promuevan la participación de la sociedad en la vida del polígono y den lugar a la proliferación de servicios en esta área, como un circuito de pintura mural en espacios desfavorecidos del polígono o aulas de naturaleza con participación ciudadana. El alcalde mostró su «firme apuesta por el sector empresarial y su apoyo para la generación de empleo mediante fórmulas que permitan a los empresarios el desarrollo económico» y agradeció al equipo redactor del proyecto su implicación en el trabajo.

Por su parte, Cabrera anunció que en el polígono «se instalarán contenedores individuales para cada empresa con un horario de recogida establecido que permitirá una mejor gestión de los residuos».

FRIALDAD EMPRESARIAL

El proyecto ha sido acogido con frialdad por una gran parte de los empresarios asentados en este polígono, ya que creen que las necesidades que tienen son otras, a la vez han criticado que se haya realizado sin haber escuchado sus opiniones de manera previa a su redacción. Los industriales opinan que es prioritario antes de llevar a cabo el proyecto presentado mejorar los accesos al polígono, la limpieza de la zona, solucionar el problema de los malos olores procedentes de una empresa cercana o el elevado número de pájaros, que contribuyen a la suciedad que se percibe en algunos puntos de este espacio industrial.

Los empresarios participantes en la reunión han calificado de «tercermundista» la carretera que une la localidad con el polígono, que «es estrecha, sin arcén y peligrosa», afirman; una vía que soporta un elevado tráfico diario, la mayor parte pesado. Los afectados ven urgente que esta vía sea ensanchada, «idedependientemente de a quién corresponda», en respuesta al gobierno local, que afirma que la carretera pertenece a la Diputación y es ella quien debe intervenir. A ello se une la petición generalizada de mejorar las rotondas de salida, que califican de peligrosas.

Paralelamente, una buena parte de estos empresarios no ven con buenos ojos el uso no industrial de esta área y temen que la idea de ocio que contempla el proyecto lleve a los jóvenes a trasladar allí el botellón.