La Comisión Provincial de Patrimonio ha aprobado la tramitación del expediente para la inscripción en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, como Bien de Interés Cultural, la danza de los locos y el baile del oso, de Fuente Carreteros; la danza de San Isidro Labrador, de Fuente Tójar, y la danza de las espadas (danzantes de San Benito o el Patatú), de Obejo.

Así lo anunció ayer el delegado de Cultura, Turismo y Deporte, y presidente de la Comisión, Francisco Alcalde, quien manifestó que «desde Córdoba, continuamos avanzando en la incorporación al patrimonio cultural inmaterial de Andalucía de nuevas actividades de gran relevancia en nuestra provincia, que constituyen manifestaciones culturales excepcionales y singulares».

«En todos los casos -continuó el delegado- representan valores simbólicos e identitarios muy arraigados en las poblaciones que las acogen. Son expresiones que van más allá de su vistosidad o espectacularidad, ya que representan un arraigo ancestral en el territorio y entroncan con tradiciones centroeuropeas medievales, con vinculaciones a danzas primitivas, tanto de carácter religioso como laico, y que actualizan antiguos rituales propiciatorios y de protección para el pueblo que les da vida». Con esta iniciativa, la provincia «se convierte en pionera en cuanto a la defensa y protección del patrimonio inmaterial, por el número de bienes que ha ido incorporando, al poner en marcha todos los mecanismos legales para que las actividades con valores etnológicos reconocidos se mantengan en el tiempo y puedan legarse a las generaciones futuras, evitando su desaparición», dice una nota de Cultura. Francisco Alcalde insistió en que «con esta protección que hoy se inicia, y cuya tramitación continuará a través de la Dirección General de Bienes Culturales y Museos hasta su declaración definitiva como Bien de Interés Cultural, propiciaremos que la provincia tenga uno de los conjuntos patrimoniales más ricos e interesantes de Andalucía incorporados al Catálogo General del Patrimonio Histórico, tanto por la excelencia de sus representaciones, como por su variedad y connotación histórica». El delegado añadió que «estas danzas entroncan con toda la población, que las vive como algo suyo, con las que se identifican y participan con pasión». Así, el 28 de diciembre toda la población de Fuente Carreteros vibra al son de los locos; en enero y marzo, Obejo se vuelca con la danza de las Espadas y en mayo, Fuente-Tójar florece con sus danzantes.