Las restricciones impuestas a los comercios de actividades no esenciales en Andalucía y la obligatoriedad de cerrar a las 18.00 horas pueden abrir una puerta a un cambio en los hábitos de compra de los consumidores, más acordes con los horarios que se siguen en el resto de l Europa, lo que permitiría mejorar las posibilidades de conciliación, aunque no es una tarea sencilla, entre otras cosas por nuestra forma de ver y entender la vida .

Estela Cabanillas, responsable de comercio de la Federación de Servicios, Movilidad y Consumo de UGT Córdoba señala «puede que si esta situación se alarga en el tiempo, esta reducción suponga una modificación de los hábitos de consumo más a la europea y, como consecuencia, una mejora de las posibilidades de conciliación de la vida familiar y laboral, porque ya ha quedado sobradamente demostrado que no es necesario que una tienda, supermercado o gran superficie abra hasta las 22.00 horas. Pero lo que estamos viendo en estos momentos, es que hay mucha gente que apura hasta las 17.50 para ir a comprar a los comercios».

Por su parte Rosa Galán, responsable de comercio de CCOO coincide que ese cambio sería difícil, porque todos «tendríamos que hacer la vida más temprano y todo tendría que cambiar mucho para que encajara» y hubiera conciliación, una posibilidad que en este momento «se ha perdido, porque cuando los comercios cierran sus puertas siguen trabajando para vender online».