La oferta del alcalde de Córdoba, José María Bellido, a la oposición ha recogido un recibimiento desigual. El regidor cordobés planteó el viernes a los grupos municipales un gran acuerdo en torno a los presupuestos por dos años para salir de la crisis provocada por el coronavirus. La oferta pasa, de momento, por aprobar las cuentas que el obierno municipal ya negoció con Vox (de hecho, el equipo de gobierno contaba, en virtud de dicha negociación, con votos necesarios para aprobarlo sin necesidad de contar con nadie más) y, a posteriori, hacerle las modificaciones pertinentes al documento para dar respuesta a las necesidades de los cordobeses en el momento actual.

La teoría de PP y Cs es que no es operativo, como había pedido el PSOE, confeccionar unos presupuestos nuevos desde el principio, ya que eso retrasaría aún más su aprobación. El cronograma que baraja el Gobierno local es celebrar el miércoles próximo, día 8, la comisión de Hacienda y el miércoles 15, el pleno de presupuestos.

La oferta fue trasladada ayer por el teniente de alcalde de Hacienda, Salvador Fuentes, a la junta de portavoces (celebrada vía telemática), pero la cita no contó con la presencia del alcalde. Eso fue, de hecho, lo primero que criticó la portavoz socialista, Isabel Ambrosio, que ha pedido que sea el propio Bellido quien traslade las bases de un acuerdo a dos años vista el lunes.

«No entiendo la ausencia del alcalde. No hemos empezado bien ni con la forma ni con la propuesta», lamentó ayer la exregidora, quien insiste en que para cerrar un «gran acuerdo» se necesita sentarse a negociar y trabajar. «Llevamos tres semanas con la mano tendida», comenta Ambrosio en referencia a la oferta que el PSOE hizo al alcalde el día 13 de marzo, al inicio de la crisis, para confeccionar un nuevo documento presupuestario. «Si antes de la crisis ya entendíamos que el presupuesto negociado con Vox no era el adecuado para la ciudad, ahora sí que no lo sería», insistió ayer la edil socialista.

El portavoz de IU, Pedro García, por su parte, se mostró dispuesto «a arrimar el hombro» en estos momentos y a presentar enmiendas para que el presupuesto contemple algunas medidas imprescindibles para este grupo como la defensa de las empresas públicas, una política social y la reactivación de la economía el día después de la crisis».

Además, desde IU piden que las delegaciones municipales hagan «un ejercicio de honestidad» y digan qué no van a gastar en este nuevo contexto. En todo caso, para García el presupuesto «llega mal y tarde», porque el equipo de gobierno ha sido atropellado por los acontecimientos en su primer año al frente de Capitulares.

Más dispuestos a negociar se muestran desde Podemos. Su portavoz, Cristina Pedrajas, comparte con el gobierno municipal la idea de que no es operativo redactar unas cuentas desde el principio, por lo que a priori estarían dispuestos a apoyar o abstenerse las actuales siempre que se cumplieran varios requisitos, entre los que destaca una renta mínima municipal. «No es momento para partidismos», dijo ayer Pedrajas. Entre los requisitos que la formación presentó ayer al alcalde están el aumento de las partidas en Servicios Sociales, un plan de vivienda municipal, la reposición y ampliación de la plantilla municipal y de las empresas municipales, el blindaje y protección de las empresas y organismos autónomos municipales, un plan de apoyo y potenciación del tejido productivo, turístico y cultural, centrado en el rescate de los autónomos y la economía social y un plan especial joven de empleo y formación municipal.

La portavoz de Vox, Paula Badanelli, advirtió al gobierno local que su voto al presupuesto del 2020 --no se avanzó nada sobre el 2021-- sigue estando supeditado a que se den por buenas las modificaciones que ellos incluyan y que ahora matizarán para adaptarlas a la nueva situación. «En este momento vamos a hacer lo mejor para Córdoba y si lo mejor es aprobar este presupuesto e ir incluyendo modificaciones, lo vamos a hacer», afirmó Badanelli, para quien hablar de un nuevo documento es «irresponsable» porque retrasaría mucho más la puesta en marcha de cualquier medida. «En cuanto salgamos de este agujero hay que ponerse a trabajar», concluyó.