El aceite de oliva es clave para miles de agricultores y jornaleros cordobeses, pero también para la economía y las exportaciones de la provincia. El olivar es el cultivo más extendido, con unas 359.000 hectáreas, además de representar la mitad de la producción agraria y generar cinco millones de jornales al año en Córdoba. Por eso, la importancia de conocer cuáles son los motivos que llevan al consumidor español a adquirir aceite de oliva y por qué optan por unos tipos u otros o qué les lleva a decidir comprar una variedad u otra. La Consejería de Agricultura ha dado a conocer ahora el resultado de un ambicioso informe en el que se analiza la percepción e imagen del aceite de oliva en los hogares españoles. El trabajo deja algunas conclusiones conocidas, pero también apunta a aspectos sobre los hábitos de consumo, la decisión en la compra de las familias, qué sector de la población opta más por el aceite de oliva y cuál es el que menos lo valora. De lo que no cabe duda es de que los hogares españoles consideran que la compra de aceite de oliva es «importante» y lo consideran un producto «imprescindible» en la cocina, al mostrarse satisfechos con lo que compran y otorgarle una nota media de 8,3 puntos, muy superior a otros productos de la cesta de la compra. Sin duda, el sabor es lo que define, principalmente, el valor diferencial a la hora de comprar un tipo u otro, una marca u otra diferente o que cuanto mayor es la edad del comprador más se valore el aceite de oliva.

Pero eso no debe hacer olvidar el peso que tiene el precio a la hora de coger una botella u otra, pues cuatro de cada diez declaran que lo compran en promoción y un 25% buscan las marcas más baratas. Lejos de lo que se pudiera pensar por el mayor nivel adquisitivo que existe, el noroeste y el centro de España son las que más optan por aceites en promoción, mientras que el centro y Andalucía son las que se deciden más por las marcas.

La claridad y transparencia de la etiqueta es también uno de los aspectos más importantes para la adquisición del producto. Así, hasta el 91,8% de los hogares españoles dicen que diferencian los tipos de aceite de oliva, sobre todo, por el etiquetado, por lo que consideran que es lo que más se debe mejorar porque «no es claro ni conciso», junto con el envase de plástico, que suele rechazarse. Además, el precio se convierte también en uno de los obstáculos para la compra, aunque sí están dispuestos a abonar más si aporta alguna propiedad saludable. Los consumidores insatisfechos con el aceite de oliva representan el 8,1% de los hogares, destacando en este grupo los jóvenes y los adultos, que se suelen concentrar en el área metropolitana de Madrid y en el noroeste y norte-centro de España.

Y, tras este informe, ¿qué se aconseja? El trabajo recomienda invertir más en campañas para educar al hogar más joven y explicarle los beneficios de su consumo, pues «son los más insatisfechos». Además, se pide que la etiqueta aporte una información detallada, clara y concisa, que se justifique que si tiene un mayor precio es por el valor añadido que aporta para la salud y por sus valores nutritivos. También propone nuevos tipos de envases más sostenibles y con más diseño, abandonando el envase de plástico, que es el peor valorado.