--Salvo que hubiera modificaciones con la aplicación de la nueva ley de cámaras, encamina su último año de mandato al frente de la Cámara de Comercio. ¿Qué cree que ha cambiado desde que está usted?

--La Cámara de Comercio de Córdoba no ha cambiado en cuanto hemos hecho una defensa numantina de sus funciones, porque las acciones en el exterior siguen siendo una realidad. Hay veces que no se producen algunas porque, pese a tener financiado el 80% de la misión, no hay empresas que puedan acudir porque la situación económica no les permite asistir, pese a que todas las acciones se han consensuado entre los empresarios. Eso sí es una innovación en la Cámara. Antes de aprobar los presupuestos, se les pregunta a todos los sectores sobre lo que quieren hacer.

--¿Cuáles han sido los principales problemas?

-El principal ha sido el cambio en la financiación de la Cámara. Hemos pasado de disponer de un recurso permanente, a la situación de crisis económica actual, que está afectando a las empresas, con una situación de desempleo verdaderamente agobiante. Hay problemas de financiación en las empresas que tratamos de superar buscando medios para que se financien.

--¿En qué estado se encuentran las cuentas de la Cámara de Comercio?

--Como consecuencia de la supresión de recurso cameral permanente, va deteriorándose, pero no ha cambiado su plantilla, pues mantenemos el personal que había cuando entré (35 empleados) y pocas cámaras han podido hacer esto. Defiendo la figura de las cámaras de comercio porque creo en sus funciones de apoyo a la iniciativa empresarial, a la consolidación de las empresas y a la formación, tanto de los empresarios como de los trabajadores.

--En las últimas elecciones a la Cámara se habló de que se habían abierto demasiadas heridas que tardarían en cicatrizar. ¿Han cicatrizado ya?

--El pleno de la Cámara de Comercio no voy a decir que sea una balsa de aceite, por no irme por temas agrarios, pero las preguntas, los debates y las cuestiones se plantean en pura concordia. Había otra lista en las elecciones, que era la del comercio, con la que mantengo un entendimiento total, como no podía ser de otra manera por su importancia en el tejido empresarial cordobés. Hay una sintonía absoluta entre los distintos sectores económicos en la Cámara de Comercio, al menos que yo sepa.

--Dijo al ser elegido que nadie le iba a pedir peaje durante su mandato. ¿Se ha visto presionado por alguien?

--Ni la Cámara de Comercio, ni yo, pagamos ningún peaje.

--¿Está trabajando con independencia?

--Soy un seudofuncionario público como presidente de una corporación de derecho público y mi obligación y mis peajes se los tengo que dar a la Junta de Andalucía, en cuanto órgano tutelante, al Consejo Superior de Cámaras y a la Administración del Estado. Y por supuesto hay peaje con las 70.000 empresas que forman parte de la Cámara, ése es el peaje que yo pago, no tengo otro. Para mí la Cámara de Comercio no es un medio de vida, sino que es un procedimiento para servir a la sociedad.

--¿Cómo es su relación con Carreto? ¿Se han enfriado las relaciones tras las divergencias a la hora de afrontar el tema turístico de Córdoba?

--Tengo una excelente relación de amistad con él. Es normal que surjan divergencias, esto no es un cuartel, aquí no hay capitanes ni tenientes, sino empresarios y dentro de la regla establecida la Cámara de Comercio actúa de una manera, como lo hacen los empresarios o Asaja. Son organismos con funciones completamente separadas, pero que convergen en la mejora de la sociedad de Córdoba. No me siento vigilado por nadie ni creo que haya nadie que me vigile.

--¿Qué le ha sorprendido más del tejido empresarial cordobés desde que está en la Cámara?

--La atomización. Eso constituye una seria desgracia. Hace falta integrar empresas y colaborar entre ellas, porque se pueden ayudar unas con otras. Lo que veo es atomización, una cantidad de pequeñas empresas que es algo espectacular. Hace falta poner orden y colaborar empresas con empresas para complementarse.

--¿Sigue estando tan mal el tejido empresarial como cuando llegó o está cambiando la situación, aunque de manera más lenta de lo esperado?

--Desde mi ignorancia, los números de los que habla Eurostat o Estadística son asuntos contables. La mejoría no se vislumbra en las empresas o en los trabajadores, que sufren un drama con el paro. Es un desempleo angustioso, el juvenil llega al 65%. Hay datos sugerentes, parece ser que la confianza está surgiendo, no sólo en España, sino también en la UE, pero hay que consolidar ese crecimiento. La venta de pisos ha crecido más en Córdoba que en España, las compras a plazos han disminuido, eso es un síntoma de confianza, de que los ciudadanos que tienen reservas están sacando el dinero de la cartera porque hay una perspectiva de futuro. Eso son síntomas, pero la situación sigue siendo especialmente dramática por el problema financiero, la falta de apoyo de las entidades financieras a las empresas.

--¿Qué le ha sorprendido más positivamente en la empresa cordobesa?

--Hay empresas muy importantes en Córdoba, como sucede con Cunext en el cobre; la industria agroalimentaria es importantísima; la joyería es un sector que se va recomponiendo, se están marcando nuevas expectativas. Hay sectores francamente importantes. La construcción está pasando por una crisis tremenda, pero el impulso de la construcción es fundamental y tiene que ser mimada y apoyada.

--Decía que iba a abandonar la presidencia de Asaja al culminar su mandato, pero fue reelegido. ¿Usted es presidente de la Cámara sólo para estos cuatro años?

--No pienso presentarme a otro mandato. Aunque nada está decidido, viene bien cambiar, que entren nuevos aires.

--¿Cree que tienen vigencias las cámaras de comercio?

-Somos agencia de colocación y el año pasado tramitamos más de 700 empleos. Hemos apoyado la creación de empresas. El año pasado respaldamos 40 empresas en su constitución y hay 60 para crearse. Hemos desarrollado nueve acciones en el exterior a todos los sectores que han querido venir. Tenemos una relación extraordinaria con Alemania, con la que estamos facilitando que jóvenes, con o sin cualificación, trabajen en Alemania. Creo que Córdoba es demasiado importante para que la Junta de Andalucía se olvide de esta Cámara y confío en que los empresarios de Córdoba levanten la voz si se eso se produce. La nueva legislación no establece que obligatoriamente deba haber una cámara por provincia, algo que es absolutamente obvio, particularmente en Córdoba. Es una provincia importante en muchos sectores. Como desapareciera la Cámara de Córdoba la labor que hacemos se diluiría en Andalucía.

--Por cierto, ¿habrá acuerdo en la negociación del convenio del campo tras el recurso de Asaja a la sentencia del convenio?

--Depende de las partes. Queremos que no se produzca la ultraactividad porque no hubiera acuerdo. El nuevo convenio requiere importantes retoques, como está sucediendo en todos los sectores de la economía. Hay claramente bajada de sueldos y la necesidad de trabajar más, pues la jornada laboral establecida es muy reducida y la economía actual no puede mantenerla. No me cabe la menor duda de que habrá acuerdo con la parte social, que son UGT y CCOO, y nadie más. No será bueno para todos, pero será el mejor.

--¿Cómo valora la marcha de Luis Planas de la consejería de Agricultura?

--Lo lamento profundamente. En Andalucía es la persona más caracterizada para cubrir ese puesto. Lamento que no sea candidato a la Junta de Andalucía y que además no siga en ese cargo. Es un hombre que tiene prestigio en el sector, es un conocedor profundo de los resortes de la UE, ha sido embajador en Marruecos, que es un punto crítico que tiene el sector agrario. Ha sido un magnífico consejero, un consejero inteligente que ha defendido los intereses de los agricultores y ganaderos de España y si él no hubiera estado las cosas hubieran ido de manera diferente con la PAC.

--¿Qué le parece que Susana Díaz sea presidenta?

--Al que le tiene que parecer es al Partido Socialista. Particularmente tendré que conocerla si me recibe como presidente de la Cámara y de Asaja para ver sus susceptibilidades con la Cámara de Comercio y qué va a hacer con ellas la Junta. Como agricultor, es un sector muy importante y tiene un claro sentido empresarial. Los agricultores son auténticos empresarios, que reciben subvenciones, como también perciben otros sectores y actividades como la banca.