Las altas temperaturas durante los meses de verano en Córdoba son algo inevitable, el aire acondicionado pasa de ser un lujo a una necesidad y los comentarios sobre el calor se escuchan en cualquier corrillo de la ciudad. «Anoche fue imposible dormir», «cada año es peor, vamos a morir asfixiados». Pero como los ciudadanos no pueden permanecer siempre encerrados bajo sus techos, cuando salen a la calle tratan de evitar el calor a toda costa y que mejor manera de hacerlo que disfrutar de un buen helado.

Muchos son los establecimientos que se dedican a la venta de este manjar, situados por diversos puntos de la geografía cordobesa. La variedad de producto es inmensa, desde los sabores más típicos hasta las novedades más actuales, como el yogurt helado. En la plaza de Las Tendillas encontramos dos de las heladerías más tradicionales de la ciudad: La Flor de Levante y David Rico. La primera se inauguró en el año 1934 y la segunda en el año 1936, ambas realizan sus helados de manera tradicional (pasteurización, maduración y mantecación) y ambas compiten por la clientela que pasa cada día por de la céntrica plaza; aún así a ninguna de las dos les faltan clientes, sobre las 12:30 de la mañana sus se pueden ver llenos de público.

La Flor de Levante cuenta con sabores de toda la vida como el turrón, el mantecado y la trufa. Además, añade a su lista sabores sin lactosa, sin azúcar o veganos. Algunas de estas particularidades también las comparte David Rico, que ofrece una mayor cantidad de opciones sin azúcar, pero menos variedad de sin lactosa.

Los consumidores que demandan estos helados con características especiales critican la poca diversidad que ofrecen frente a los sabores «normales». «Las personas que somos intolerantes a la lactosa queremos disfrutar de sabores que no solo sean de tipo cítrico. Desgraciadamente, la mayoría de establecimientos aún no han innovado en este sentido, esperemos que con el tiempo, aumente la oferta», dice Reyes, consumidora habitual de este tipo de helados.

En la plaza de La Flor del Olivo, se encuentra la heladería Navarro, otro clásico que surgió en el año 1942 y este 2017 celebra su 75 aniversario. Los sabores que más vende son la vainilla, el chocolate y la stracciatella, y como novedades en su carta presentan sabores como el pastel cordobés, la galleta o las natillas. Pero este establecimiento no solo es famoso por sus helados, sino también por sus horchatas de chufa y sus batidos de almendra artesanales, que tanto demandan los clientes.

Frente a la tradición, y cerca de Las Tendillas, encontramos la vanguardia. La recién abierta heladería Giolatto ofrece creaciones propias como el cremino, el helado favorito de sus habituales, que cuenta con dos variedades: chocolates diversos con avellana o chocolate blanco con pistacho. También ofrece experiencias en boca como la vainilla de Madagascar, yogur Amarena o el sorbete de Cantalupo.

Los precios de los productos de todos estos establecimientos son parecidos (entre los dos euros y medio y los diez euros), por lo que la diferenciación realmente se encuentra en la calidad de sus elaboraciones. ¡A elegir! H