Expertas de la universidades de Sevilla y Córdoba han publicado un estudio sobre la percepción de los adolescentes sobre la educación que han recibido y su participación en el ciberacoso. Así, los datos ponen de relieve que la implicación y formación de las familias en los programas de prevención es un eje fundamental ya que se ha demostrado que las prácticas parentales tienen influencia en la implicación de los hijos en ciberbullying.

«Lo más importante es que los chicos y chicas que no están implicados en ciberacoso son quienes reciben más afecto de sus padres, muestras de promoción de su autonomía y humor. Además, son adolescentes con alta revelación filial, es decir, comunican espontáneamente a sus progenitores asuntos que les interesan y preocupan. En cambio, aquellos chicos que han recibido una educación basada en prácticas disciplinarias punitivas (control psicológico y castigo físico o psicológico) tienden a implicarse más en ciberacoso», afirma la investigadora de la Universidad de Sevilla Rosario del Rey.

En el estudio han participado 2.060 alumnos de Secundaria de Andalucía.