La Asociación de Voluntarios de Acción Social de Puente Genil (AVAS) es la institución colaboradora de integración familiar (ICIF) habilitada por la Junta de Andalucía en Córdoba para gestionar el programa de acogimiento de menores. AVAS realiza la información-formación, valoración psicosocial de la familia para declarar la idoneidad, preparación del menor para el acogimiento, supervisión de visitas con la familia biológica, informes de seguimiento y apoyo a la familia durante el acogimiento. Araceli Medina, coordinadora del programa de acogimiento familiar de AVAS, señala que esta asociación nació en el 2001 en Puente Genil, donde tiene una sede y la otra en la capital. "El primer presidente de este grupo de voluntarios preocupados por la exclusión social y la infancia fue Enrique Bracho. AVAS colaboraba en la acogida de niños de centros de menores, hasta que firmó un convenio con la Dirección General de Infancia y Familia de la Junta, por el que se reguló el programa de acogida familiar", apunta Medina.

Araceli Medina explica que a AVAS llegan muchas familias con interés por acoger, "pero aquí las orientamos, valoramos y formamos para que sepan lo que implica este paso. Aunque AVAS valore la competencia de la familia de acogida, es la Junta la que aprueba la idoneidad de la familia para el acogimiento. Es importante que las familias pasen por este proceso tan exhaustivo porque tenemos que dejar a los niños de acogida en la mejores manos". En la actualidad, hay formalizados 231 acogimientos, de los que 159 menores están acogidos por familias extensas (que tienen relación con el menor, siendo mayoritariamente abuelos o tíos) y 72 menores conviven con familias ajenas (sin vínculo familiar). La coordinadora del programa de acogida de AVAS resalta los beneficios de la acogida. "Al mirar a la cara a estos niños se les nota que ha mejorado su calidad de vida un 100%", indica.

El matrimonio formado por Antonio Gómez y María José Pérez conoció el programa de acogida en una charla que impartió AVAS en el centro interparroquial de Baena, en la que varias familias decidieron colaborar con esta iniciativa solidaria. "Tras aquella reunión pensé que podríamos ayudar puntualmente a algún menor, pero no que fuéramos capaces de acoger porque es una misión que exige mucho. Pero cuando conocimos el caso del chico que tenemos acogido hace año y medio, ya no pudimos mirar a otro lado. El quería tener sobre todo una mamá. Lo hablamos con nuestros dos hijos y decidimos que lo íbamos a intentar. La acogida se hizo progresivamente, primero solo los fines de semana hasta que ya se quedó en la casa", cuenta María José.

Experiencia

"No voy a decir que todo sea maravilloso, porque alguna vez este niño ha discutido con alguno de mis hijos, como pasa en cualquier familia. Nosotros también le regañamos cuando no hace algo bien. Y aunque él alguna vez ha querido utilizar su pasado para dar pena y salirse con la suya, nos mostramos firmes y le damos la mejor educación posible. No nos requiere demasiado esfuerzo, porque es un niño bueno y agradecido, que también estudia y piensa en poder ir a la universidad. En el gesto de dar está el de recibir y eso nos pasa con él" , añade esta mujer. Esta pareja acude a las reuniones de seguimiento que realiza AVAS y también hace posible que el menor mantenga relaciones con su familia biológica para que no rompa el vínculo con sus orígenes.