-Está a punto de presentar el libro ‘Génesis Histórico-Jurídica de la Implantación de los primeros partidos judiciales y juzgados de primera instancia en la provincia de Córdoba (1813-1821)’. ¿Qué es lo que cuenta en esta obra?

--Es como un resumen de la implantación del sistema de Justicia en Córdoba. La organización de la Justicia actual que tenemos en España deriva de la que se implantó con la Constitución de Cádiz de 1812. Fue cuando empezaron a crearse los nuevos partidos judiciales, con la nueva planta judicial, con juzgados de primera instancia en las cabezas de partidos, los juzgados de paz y el mismo sistema de audiencias provinciales. Este sistema encontró fuertes reticencias entre los sectores más privilegiados de la sociedad.

--¿Esa estructura judicial es la que se mantiene hasta ahora? ¿No ha cambiado nada?

--Sí, sí. Vamos yo le diría que casi lo único que yo recuerdo ahora mismo de variación es el partido judicial de Bujalance, que pasó a ser Montoro. Lo demás creo que no ha cambiado.

--¿A partir de cuántos habitantes se concedía un juzgado de Primera Instancia?

--A partir de 5.000, pero no 5.000 habitantes, sino vecinos. En aquel momento vecino se consideraba a los padres de familia.

--¿Ha evolucionado mucho la manera de concebir la Justicia desde entonces hasta ahora?

--Claro. La Justicia es un reflejo de la sociedad. Evidentemente, aunque el sistema judicial es constitucional, en la Constitución de Cádiz el sistema judicial no estaba concebido exactamente como ahora. La implantación de los partidos judiciales y los juzgados de primera instancia supuso la ejecución efectiva del principio de igualdad ante la Ley. En la actualidad se imparte justicia para el pueblo en nombre del Rey, en aquella época no. La soberanía estaba compartida entre el Rey y el pueblo. El origen del Poder Judicial era mixto. Lo que hace la justicia es ejecutar la normativa, y es el Poder Legislativo el que legisla. Si las leyes se van modificando,el poder judicial tiene que ir también modificándose.

--Y ahora estamos viviendo un momento crucial, al menos en cuanto a petición de la sociedad de una renovación. ¿Está perdiendo autoridad el Poder Judicial?

-- Mire, el Poder Judicial no está perdiendo autoridad, es independiente. Lo que ocurre es que esta independencia a veces no es bien entendida por sectores de la sociedad. Evidentemente, hay que admitir que los jueces, como todo el mundo, se pueden equivocar, pero para eso están los recursos. Es decir, que el propio sistema judicial establece los recursos hasta llegar al Supremo. Todo esto está organizado, legislado y previsto y con una experiencia ya de casi 200 años. En ese sentido no hay ninguna falta de garantía. Es justamente lo contrario. El sistema judicial español es muy garantista.

--Entonces ¿cuál es el problema?

--El problema es de la opinión pública, que tiene todo el derecho del mundo a manifestarse, porque el pueblo es soberano, pero hemos de entender que los jueces no pueden ni deben dictar justicia en función de lo que diga la opinión pública, porque nos pueden ocurrir casos como el de Rocío Waninkoff, que se detuvo a una mujer porque la madre de la víctima decía que era ella y luego apareció el auténtico autor de los hechos. O como el crimen de Cuenca famoso. Esos casos hoy no deben darse, no se dan. Para eso ha evolucionado la Justicia y para eso están las garantías procesales. Lo que sí puede hacer la opinión pública es ir al Legislativo y promover reformas para que se modifique la Ley.

--Lo que está pasando ahora con el caso de La Manada ¿no?

--Eso es, ya se está abriendo un debate de si habría que coger el tipo de abuso y unirlo al de violación. Eso es un debate que está ahí en la opinión pública, muy útil, muy necesario y eso debe acabar en el Congreso de los Diputados con las modificaciones que corresponda y los jueces lo aplicarán.

--¿Qué ha sido lo más complicado de este trabajo?

--La documentación, porque antes no había nada sobre este asunto en monografías. Ha sido un complejo trabajo de archivo. Hay entre todo ello una cosa importante que es ver cómo se seleccionaron los primeros jueces.

--¿Y cómo se hizo?

--Estamos hablando de que ahora está todo muy organizado, porque se hacen unas oposiciones y demás, pero antes había que casi improvisar, con personas que antes habían ocupado cargos en el sistema anterior, que no tenían nada que ver con este y se tenían que adecuar; y otros que tenían un espíritu más liberal y acorde con las novedades. Habría que decir que los primeros jueces cordobeses iniciaron un camino de ejemplaridad ante la modernidad, teniendo que adaptarse a unas leyes radicamente distintas a las anteriores.

--Y presenta usted el libro en el nuevo edificio de la Ciudad de la Justicia, que es como cerrar el círculo, contando los orígenes de la justicia cordobesa actual en el más moderno de sus emblemas.

--Sí, y además será el primer libro que se presente en este edificio y lo hará el presidente de la Audiencia, Francisco de Paula Sánchez Zamorano. Esperemos que tenga aceptación.