Emoción, pesar y reconocimiento. Estas fueron las sensaciones transmitidas ayer en el funeral del exalcalde de Córdoba Andrés Ocaña Rabadán (Aguilar de la Frontera, 1954), que contó con la asistencia de familiares, amigos, compañeros y representantes de la vida política y social de la ciudad. El acto, celebrado en el tanatorio de Las Quemadas, contó con las intervenciones del canónigo de la Catedral Fernando Cruz--Conde y de la consejera de Cultura de la Junta de Andalucía, Rosa Aguilar, con quien el fallecido trabajó durante diez años en el gobierno municipal durante su etapa como alcaldesa por IU.

Fernando Cruz--Conde agradeció a la pareja sentimental del exregidor municipal, la exconcejala de IU Rosa Candelario, y a sus hijos, Álvaro y Andrés, «la deferencia que tienen al pedirme que interviniera». En este sentido, precisó que «creo que a Andrés le habría gustado, no solo por la amistad que teníamos, sino por dejar como legado un ejemplo de concordia, de reconciliación y de paz cuando hoy algunos quieren resucitar viejos odios y rencores».

Cruz--Conde afirmó que «se esforzó y trabajó por un mundo más justo, más libre, con mayor igualdad y verdadera fratrernidad», y subrayó que «tenía la capacidad de ponerse en el lugar del otro». Junto a esto, en las palabras que dirigió a los asistentes explicó que este exalcalde «ha dignificado la política» y comentó que «nuestra despedida debe estar llena de gratitud y de reconocimiento a una vida gastada en el servicio a los demás, primero como profesor y, durante 16 años, como político que se entregó sin reservas el servicio de su ciudad».

De otro lado, Rosa Aguilar admitió que «hoy sentimos más la muerte de Andrés que nuestra vida y nos preguntamos por qué se van las personas felices». En alusión a su carácter, recordó que «de nuestro Andrés, decía Marcelino (Ferrero) que era el desaborío más simpático que había conocido y que lo quería mucho», e hizo hincapié en que «tuve siempre a un amigo». La consejera se dirigió a Ocaña para decirle «hoy te has ido, pero te quedas, habitas por siempre en nuestros corazones». El funeral finalizó con una canción de Pablo Milanés, «que formaba parte de la vida de Andrés», recordó.

La alcaldesa de Córdoba, Isabel Ambrosio, que se encontró presente en este acto, decretó ayer tres días de luto oficial por este fallecimiento. En esta línea, el Ayuntamiento de Córdoba anunció que suspendía su agenda oficial de actos, a excepción del pleno extraordinario celebrado para reconocer la labor de Andrés Ocaña en esta institución. Las banderas del Consistorio, las de la Diputación y la del Pretorio ondearon ayer a media asta.