La provincia de Córdoba perderá casi un 6% de sus habitantes de aquí al 2035, según la proyección de la población realizada por el Instituto Nacional de Estadística y hecha pública este martes. Si en el 2020 en Córdoba y provincia hay 784.256 habitantes, dentro de quince años se bajará a 740.099, 44.157 menos. En ese periodo la cifra de ciudadanos de nacionalidad española mermará un 7,2% (se pasará de 749.850 a 695.612) pero crecerá la de extranjeros, que aumentará un 29,3% (de 34.405 a 44.486).

En tres lustros, Córdoba se convertirá en la segunda provincia de Andalucía que más residentes pierde tras Jaén. Mientras que en Almería, Granada, Huelva y Málaga crecerá la cifra de habitantes, en Jaén, Córdoba, Cádiz y Sevilla descenderá y en ese orden y en una proporción de un 10%, casi un 6%, un 2,3% y un 0,9%, respectivamente.

De aquí a dentro de quince años habrá menos hombres (de 384.574 se pasará a 362.115), un 5,8% menos, aunque casi en la misma proporción, un 5,4%, descenderá el número de mujeres (de 399.681 se bajará a 377.984).

El envejecimiento de la población y el aumento de la esperanza de vida es un hecho que se constata una vez más con varias variables. Por un lado, en el 2035 habrá menos población en cada una de las franjas de edad comprendidas entre los cero y los 57 años que ahora, mientras que a partir de ese momento ocurrirá al contrario, habrá más en cada una hasta llegar al siglo de vida. Además, la franja de edad de mayor población será la de los 67 años. Por otro lado, en el 2035 se multiplicará por siete el número de ciudadanos con más de un siglo de vida, pasando de las 160 actuales a 768. De los 768 centenarios del futuro, solo 174 serán hombres. El resto, 594, serán mujeres.

En los quince años venideros se producirá un gran cambio en la proporción de población de cierta edad. Así, el grupo de mayores de 65 años pasará a representar casi el 29% de la población del 2035, mientras que ahora supone casi el 20%.

La esperanza de vida aumentará en todas las franjas de edad y al nacer será de 85 años, cuando ahora es de 83,37. Los hombres, al venir al mundo, tendrán una esperanza de vida de 82,60 años (ahora, de 80,69) y las mujeres, de 87,49 (ahora, de 85,94). En cuanto a los mayores de 65 años, su esperanza será de 22,38 años frente a los 21,48 de ahora.

El envejecimiento de la población repercute también en la dependencia. Las estimaciones del INE son que la tasa de dependencia por año suba de 53,98 a 69,91 y, en el caso de los mayores de 65 años, pase de 30,48 a 49,15.

En el tiempo analizado, la edad media de la población aumentará en cinco años, pasando de los 43,82 años de ahora a los 48,12 del 2035. Tanto en hombres como en mujeres esa edad media subirá cuatro puntos y crecerá de los 42,39 a los 46,73 en los primeros y de 45,20 a 49,45 en las segundas.

En cuanto a nacimientos y defunciones, los primeros caerán un 8,7%, bajando de 5.905 a 5.389, mientras que las segundas aumentarán un 10%, ascendiendo de 7.308 a 8.049, lo que indica que habrá más muertes que alumbramientos. Con esas cifras el saldo vegetativo será de -3,58, cuando ahora es de -1,79. En el 2035 por cada mil habitantes habrá 0,66 nacimientos (en el 2020, 0,80) y 10,85 defunciones (ahora, 9,33).

La tasa bruta de natalidad, es decir, el número de nacimientos por cada mil habitantes, será de 7,26 frente a 7,54. Por edades, las madres que tienen de 20 a 27 años serán protagonistas de más alumbramientos, que descenderán a partir de los 28. No obstante, la edad media de la madre serán los 32 años, igual que ahora, y la media de hijos pasará de 1,2 a 1,4. En cuanto a las defunciones, serán menos en todas las edades hasta alcanzar los 65, momento en el que empezarán a aumentar.