El miércoles por la mañana comenzaron a realizarse test rápidos para detectar posibles casos de covid-19entre el personal docente y no docente de los centros educativos cordobeses. En concreto, el instituto San Álvaro, en la zona sur de la capital cordobesa es el lugar elegido por la Junta de Andalucía para acometer estas pruebas que se prolongarán hasta el comienzo de las clases, el próximo 10 de septiembre. En la provincia también se han iniciado esta toma de muestras en localidades como Montilla, según han confirmado fuentes de la Junta de Andalucía.

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Por el IES San Álvaro y por el resto de las sedes de la provincia está previsto que pasen un total de 13.800 docentes de Primaria y Educación Secundaria. Las pruebas las realizan los enfermeros de la zona, en concreto del Guadalquivir. Los profesores van siendo citados y la intención de la administración es poder detectar posibles casos de covid-19 entre el personal educativo, antes del inicio de las clases.

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En los últimos días se realizaron también pruebas al personal de Educación Infantil, según informa la Junta de Andalucía, se hicieron 1.500 test rápidos en Córdoba.

La delegada de Salud y Familias, María Jesús Botella, aseguraba que la Junta de Andalucía va a emplear «todos los recursos disponibles» para dar cobertura y tranquilidad a los profesionales de la educación y a las familias en la inminente vuelta al cole en Córdoba.

Por otro lado, los equipos directivos fueron informados el martes, 1 de septiembre, de las instrucciones para realizarse las pruebas, según confirma Rafael Luque, director del CEIP Concepción Arenal; estos, a su vez, se encargaron de informar al resto de la comunidad educativa. «Las pruebas han sido rápidas, nos han atendido muy bien». El inicio de curso de su colegio está lastrado, además de por la pandemia, por unas obras frustradas que, explica, han dejado el colegio «en muy mal estado». En medio de todo el caos y la incertidumbre, no han dejado de trabajar ni han perdido la esperanza de poder comenzar el día 10. «Seguimos trabajado por vía telemática, ahora mismo no estamos preparado para comenzar el curso». La principal preocupación de los equipos directivos, ahora mismo, es el protocolo covid, anteponer la salud e informar a las familias una labor que según cuenta Luque se está complicando por la no presencialidad de las reuniones. Por otro lado, tiene un gran miedo por qué pasara con el alumnado y si, finalmente, las familias se decidirán a llevar a sus hijos a los centros. «Vamos a preparar todo para que estén seguros».

Rocío Moreno y Visi López, profesoras del CEIP Condesa de las Quemadas han sido citadas a las 12.45 en el IES San Álvaro para realizarse las prueba PCR. Sus principales temores en este comienzo de curso es la falta de espacio y de profesionales. «Es materialmente imposible conseguir 1,5 metros entre mesa y mesa; hay muchos niños», denuncia Moreno. Creen que si desde las instituciones hubieran planteado la situación con más tiempo, habría espacios que se podrían haber aprovechado para desdoblar aulas. En el caso de López, su riesgo es añadido, tiene dos hijas y una de ella pertenece a uno de los grupos de riesgo por ser diabética. «Puedo tener mucho cuidado pero este panorama no garantiza la seguridad y nunca se sabe qué puede pasar, cualquier fallo me lo llevo a casa».