Eileen Calles, de la asociación Aperfosa, recordaba ayer los 270 expedientes de ayuda que su asociación mantenía abiertos el año pasado en Córdoba, 90 de ellos de mujeres víctimas aún de la explotación sexual.

La cifra viene a recordar una realidad de auténtica esclavitud en el primer mundo, y también en Córdoba, que podría creerse de otros tiempo y que, sin embargo, es un drama tan presente en la actualidad como aterrador y extendido.

Para profundizar en el problema y buscar soluciones posibles, colectivos solidarios de Córdoba mantuvieron ayer un encuentro en la Subdelegación del Gobierno, en un acto organizado por la asociación De Uno en Uno, dirigida por Elena Moiche, y que abrió el propio subdelegado del Gobierno en Córdoba, Juan José Primo Jurado. Al mismo asistieron otros responsables de la Subdelegación y de la Policía Nacional, así como responsables y miembros de colectivos contra la trata de personas y sus efectos, como la citada asociación Aperfosa o la organización internacional A21 contra el tráfico de personas. De hecho, una conferencia de la directora de A21-España, Loira Muñoz, centró el encuentro, tras el que tuvo lugar una mesa-debate abierta a los asistentes.

El encuentro también sirvió para explicar un programa asistencial en Córdoba para víctimas rescatadas del la trata, mujeres que durante su estancia en casas de acogida, y al carecer aún de documentos que tardan largos periodos en lograrse, no pueden iniciar ninguna actividad formativa o laboral que les ayude a integrarse, todo ello en un nuevo tiempo perdido a la fuerza. Para estas personas se ha previsto actividades formativas de hostelería o como traductoras e intérpretes, que les dé una posible salida laboral cuando puedan moverse libre y legalmente.