Se puede decir que a Carmen Muñoz dos centésimas le cambiaron la vida. Aunque estudió Bioquímica, tras quedar fuera de Medicina por su nota de selectividad, fue aquí donde esta joven investigadora de la Universidad de Córdoba descubrió su verdadera vocación, como alumna interna del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Facultad de Veterinaria, al que todavía pertenece. Fue en ese momento, asegura Muñoz, cuando se dio cuenta de que lo que más le llenaba era investigar.

Una década después no le ha ido nada mal en este ámbito, en el que, como ella dice, se ve todo negro. Su trabajo sobre la cianobacteria marina Prochlorococcus y el transporte de glucosa en la misma, no solo le ha valido el premio Jacobo Cárdenas Torres de la UCO, del que dice ha sido todo un impulso, sino que también le ha ayudado a que le concedieran la prestigiosa beca postdoctoral Marie Curie.

ESTANCIA EN CALIFORNIA Con ella permanecerá dos años en la Universidad de California analizando otra cianobacteria, esta vez en el medio natural oceánico, y tiene garantizado el regreso a Córdoba, durante un año más, para continuar su trabajo con Prochlorococcus, donde espera poder aplicar todo lo aprendido en ese tiempo.

No solo por esto se puede decir que esta cianobacteria tiene mucho futuro para Muñoz, sino porque también, asegura, a pesar de haber sido recientemente descubierta, o precisamente por ello, se puede avanzar mucho en su conocimiento, desde el punto de vista de la investigación básica, para aplicar los resultados a un tema tan preocupante como el del cambio climático, por ejemplo.

"Se sabe que esta cianobacteria fija el CO2 y que además es la más numerosa del planeta, con lo cual podría tener muchas implicaciones en este proceso, aunque aún no sabemos cuáles", explica la investigadora. Sobre su estancia en el extranjero, Muñoz asegura sentirse "feliz, a pesar de que al principio lo pasas muy mal porque son todo retos a nivel académico, que empiezas de cero, el reto del idioma, el de la cultura y el de estar sola....Pero me está aportando mucho a nivel académico y personal".

Y es que a pesar de todo, esta joven investigadora se muestra optimista sobre lo que vendrá e intenta no pensar en el futuro "por lo pronto, aún me quedan dos años y dos meses de beca y eso, para un investigador, es mucho tiempo de futuro".