El presidente de Asaja Córdoba, Ignacio Fernández de Mesa, valoró ayer la temporada de caza 2017/2018 como «una buena temporada, a grandes rasgos», para la caza mayor, lo cual ha sido totalmente opuesto para la caza menor, que atraviesa «una situación crítica», informa una nota de prensa de Asaja.

La temporada de caza mayor ha sido a grandes rasgos «una buena temporada». La ausencia de lluvias arrastrada desde el otoño de 2016 ha condicionado escasez de alimento que ha repercutido en trofeos de caza de menor porte y calidades a los esperados. En este sentido, «especies como el ciervo o gamo han presentado trofeos con envergaduras y calidades inferiores a las deseables». A pesar de ello, el número de animales abatidos sí ha sido bueno, siendo «muchas las monterías en las que se han cubierto sobradamente las expectativas».

En el caso del jabalí, se trata de una especie en plena expansión, presente en lugares donde nunca antes lo ha sido, como por ejemplo en la campiña. Asaja destaca la capacidad de adaptación de esta especie, y su capacidad de expandirse poblacionalmente de forma desmesurada, «siendo potencial causante de daños en la agricultura o de accidentes de tráfico». De ahí la importancia de la caza como actividad reguladora de poblaciones.

El número de cacerías celebradas se mantiene en sintonía con las de la temporada pasada, pudiendo incluso superarse levemente. Asimismo, la subida de los precios de la carne ha sido muy buena, alcanzando los 4,00 euros/ kilo en el caso de cérvidos y los 1,65 euros/ kilo en el caso del jabalí. «Apenas se han celebrado modalidades como el ojeo de perdiz, la liebre ha sido muy escasa, y las migratorias (tórtola, codorniz y zorzal) han sido más que preocupantes».