Los nuevos autobuses de gas adquiridos por Aucorsa han tenido ya sus primeros problemas con el repostaje. Los técnicos de la empresa municipal llevan desde el martes tratando de solucionar este problema, que el miércoles dejó incluso sin salir a los 20 coches de gas y que ayer impidió que lo hiciera la mitad de la nueva flota, mientras que el resto salió, aunque en algunos casos sin tener el depósito lleno. Al parecer, entre las causas de estos problemas de repostaje podría estar el exceso de humedad que tiene el gas que entra al vehículo y que puede poner en peligro el funcionamiento de los equipos de compresión, e incluso provocar su rotura.

Custodio Sánchez, miembro del comité, confirmó ayer este problema, e informó de que finalmente ayer se retiraron los nuevos coches, que serán sustituidos mientras por los autobuses de segunda mano que se compraron en Madrid, y que tantos problemas dieron, así como por algunos Mercedes viejos de la flota.

La dirección de la empresa lamentó ayer profundamente estos incidentes, pero espera que se valoren «los esfuerzos que se están realizando para mejorar las condiciones de trabajo de los conductores y la calidad de servicio que se presta a la ciudadanía».

PROBLEMAS CON EL RETROVISOR / Además del repostaje, los nuevos autobuses tienen un problema en los retrovisores traseros, que no permiten ver a los pasajeros cuando bajan del vehículo. De este modo, los conductores de Aucorsa que van a bordo de uno de los nuevos vehículos, que empezaron a funcionar el pasado 18 de enero, no pueden ver a los pasajeros que bajan del vehículo por la puerta trasera. Según denunciaron ayer algunos trabajadores, el problema es que no se puede ver la salida de pasajeros, porque los retrovisores tienen un brazo demasiado corto que no permite la visión de ese ángulo.

En un comunicado, Aucorsa informó ayer de que desde que se detectó dicha anomalía la empresa se puso en contacto con la casa Mercedes para que enviaran cuanto antes las piezas originales. Mientras tanto, la mayoría de los conductores que han prestado servicio en estos vehículos han resuelto la situación «con profesionalidad y el máximo celo para garantizar la seguridad de los usuarios, seguridad que no se ha visto afectada, en ningún momento, por estas circunstancias». Además, mientras que llegan las piezas, los responsables de taller trabajan en el diseño de una solución alternativa que pueda situar correctamente los espejos.