La vida de Daniel Rodríguez está unida a la palabra. Este salmantino que, entre otras cosas, ha sido bibliotecario durante años, abrió en el 2012 la librería anticuaria El Laberinto junto a su compañera Rosa Castilla. Juntos, como hacen todo desde hace décadas, dieron rienda suelta a su pasión por los libros y por el coleccionismo haciendo de El Laberinto la continuación de su propia casa y de su estilo de vida, una librería por la que pasan clientes de todo el mundo, como relata Daniel.

Se han desprendido de joyas literarias de su colección, pero Daniel confiesa que «es muy agradable servir a la gente aquello que demanda», porque «los libros tienen su propia vida» y «a cada libro le corresponde un lector», aquel que realmente lo valora.

Pero El Laberinto no es solo un santuario literario en el que se puede comprar un tesoro encuadernado, es también un lugar para charlar durante horas con los héroes clásicos que, como ellos, custodian lo sagrado de sus anaqueles a golpe de pluma.