«¡Al cole hay que venir contentos y felices, estamos aquí para pasarlo bien!». Ese es el mensaje que repiten los profesores de la escuela infantil Margaritas, uno de los centros que combaten el absentismo escolar dentro del programa que desarrollan Junta de Andalucía y Ayuntamiento en el distrito Noroeste desde hace 16 años. «En el barrio tenemos casos crónicos, niños que apenas asisten a clase y otros que faltan más de lo que deberían o llegan a la hora que quieren, pero hemos mejorado mucho, en estos 16 años hemos pasado de un 24% a un 1% de absentismo escolar», explica una de las profesoras. Para motivar a las familias, los docentes, que trabajan en coordinación con los trabajadores sociales de la zona, desarrolla todo tipo de actividades con padres y alumnos, como la de ayer, una fiesta de graduación de los que el próximo curso pasarán a Primaria donde los asistentes recibieron un diploma por no desistir en el empeño y acudir a las aulas a diario. Aunque es día de fiesta, seis sillas se quedan vacías. «A mí me gusta mucho ir al cole», confiesa una alumna, «a mí también», repite el resto. «El absentismo se da principalmente en familias muy desestructuradas en las que ir al colegio no se considera una prioridad porque los padres en su día tampoco fueron», comenta la directora, sin embargo, «cuando los niños vienen están encantados, por eso hay que insistir, la educación es un derecho de los menores». Para su aprendizaje es clave. «A esta edad son una esponja, esta es la base y cuando no vienen se nota mucho en las etapas posteriores», aseguran las docentes.