Manuel Castaño Pineda, de 52 años, es el presidente de Aspaym Córdoba (Asociación de Lesionados Medulares y Personas con Gran Discapacidad Física). Manuel, exvigilante de seguridad, presenta desde 1996 una discapacidad física como consecuencia de los disparos que recibió en el atraco en el que murieron las policías locales María Soledad y María Ángeles. Manuel denuncia que mañana se cumple el plazo que fijaba el real decreto que obliga a que edificios residenciales y públicos cuenten con accesos para las personas con discapacidad y «apenas se ha avanzado para perjuicio de las personas que usamos silla de ruedas». «Desde Aspaym, entre otros servicios, trabajamos para que la sociedad se conciencie de que el alcohol al volante puede causar un accidente con graves consecuencias. También acudimos a los hospitales para orientar y apoyar a los pacientes que sufren una lesión medular», expone. «Lo he pasado muy mal todos estos años tras el atraco. Pasó cuando mis hijos eran pequeños y me perdí su infancia. Así que, cuando mi hija nos propuso a mi mujer y a mí que fuéramos familia de acogida de la Junta nos animamos y hemos tenido acogidos a dos hermanos 15 meses, que, aunque ya han sido adoptados, podemos verlos, pues se ha creado un vínculo muy bonito. Me ha venido muy bien esta experiencia», añade Manuel.