Siete años después de iniciada, la pesadilla termina para la activista y defensora de derechos humanos Helena Maleno. El Tribunal de Apelación de Tánger acaba de archivar la investigación abierta contra ella por un presunto delito de tráfico seres humanos por las llamadas a los servicios de Salvamento Marítimo alertando de pateras con inmigrantes jugándose la vida en el mar al no apreciar indicios de delito. Una investigación que se inició por parte de la Unidad Central de Redes de Inmigración Ilegal (UCRIF), que tras el archivo de la causa por parte de la Justicia española al no apreciar indicios de delito remitió el caso a Marruecos, lo que motivó el inicio de la nueva causa en el país vecino.

De haber prosperado la causa, la activista almeriense, que colabora desde 2007 con la ONU y el Defensor del Pueblo español, se podía haber enfrentado a penas de entre seis meses de cárcel y cadena perpetua, dada la gravedad de los delitos que se le atribuían: tráfico de seres humanos y favorecimiento de la inmigración irregular. Una acusación que Maleno atribuyó a la «criminalización» de los defensores de derechos humanos coincidiendo justo con los años de mayor afluencia de inmigrantes que trataban de alcanzar las costas españolas de manera irregular.

Por eso, la activista no dudó en alzar la voz contra los enormes intereses económicos tras esos movimientos migratorios, especialmente por parte de empresas de armamento y control de las fronteras. Tras conocer la noticia del archivo definitivo, la activista española ha colgado en sus redes sociales un mensaje reconociendo que «Europa se ha convertido en un continente muy peligroso». Desde la organización con la que trabaja, Caminando Fronteras, aseguraban que aún queda «reparar el daño causado y restituirle sus derechos», porque el desenlace no ha sido nada fácil.