Los vecinos de Pilas y Arahal (Sevilla) recordaron ayer a las cuatro personas de una misma familia muertas en Pau (Francia) y originarios de dichas localidades, en un macabro caso de violencia machista con dos concentraciones que terminaron con un minuto de silencio. En Pilas, unas 150 personas se concentraron frente al Ayuntamiento para recordar a los fallecidos originarios de la localidad: J.M.R., de 65 años; M.M.P., de 36 -su hija-, y el hijo de ésta, de 2 años de edad, Joseph. El alcalde, José Leocadio Ortega, lamentó el suceso, que considera «una razón de peso para, lejos de rendirnos, plantar cara con más fuerza si cabe a la sinrazón de la violencia machista, que nos aleja del objetivo de igualdad y justicia social, e impide el desarrollo de las libertades más elementales», dijo.

Un tío de la víctima, Manuel Morales, declaró que desde hacía un tiempo «su primo había estado preocupado por el bienestar de su hija, por lo cual la visitaba con frecuencia». Y describió al presunto asesino como «un hombre tímido que no se integraba fácilmente en reuniones familiares». Un centenar de vecinos de Arahal se reunían también en la Plaza de la Corredera, ante el Ayuntamiento, para recordar a D.R.G., la pareja del padre de la joven fallecida, de 62 años, «una buena mujer, que conocía desde el colegio y a la que todo el mundo tenía mucho cariño», explicó María Jesús Jiménez, una amiga de la infancia de la fallecida, una enfermera recientemente jubilada. Hoy jueves se realizará la autopsia a los fallecidos y el Gobierno trabaja para traer los cuerpos a España cuando la justicia gala lo autorice, según dijo ayer el Subdelegado del Gobierno en Sevilla, Gómez de Celis.