Diez tentaderos en diversas ganaderías, andaluzas y extremeñas, han dejado bien claro que Manuel Benítez El Cordobés se encuentra en un estado más que óptimo de forma para afrontar su vuelta a los ruedos, tras el compromiso adquirido con la Junta Provincial de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) para intervenir en el festival benéfico que tendrá lugar el próximo sábado, a partir de las 17.00 horas, en la plaza de Los Califas, en Córdoba.

En el último tentadero, celebrado en la finca Los Arenales (Hornachuelos), donde pastan las reses de Doblas Alcalá, Benítez volvió a compartir tareas camperas con su hijo Julio, con el que hará el paseíllo el sábado además de con Finito de Córdoba, el novillero Israel de Córdoba, el rejoneador Fermín Bohórquez y el sustituto del lesionado Enrique Ponce.

Apenas se ofreció para encabezar el cartel de un festival que va a pasar a la historia taurina, El Cordobés comenzó con su intensa preparación campera, pues aunque nunca abandonó su forma física, andar en la cara del toro es bien distinto. Se necesita soltura y seguridad, y eso se adquiere toreando. Y a eso se ha dedicado en cuerpo y alma los dos últimos meses. En uno de sus primeros tentaderos, celebrado en Villalobillos, a Benítez se le pudo ver con mucho desparpajo, toreando muy bien al natural, y, lo que es más importante, con sitio, como si nunca hubiera dejado de torear. Y es que su cintura y la muñeca de privilegio que tanta profundidad imprimió a su toreo en sus años gloriosos siguen siendo sus más aventajadas armas.

Manuel Benítez ha cerrado el calendario de entrenamientos ante un lote de seis erales, que más que un examen fue una confirmación de sus idóneas facultades para realizar el toreo. El ganado salió muy bueno y Benítez lo aprovechó al máximo (véase el natural de la foto que ilustra esta página) tanto con el capote como con la muleta. Una continua lección de buen toreo, parando, templando y mandando entre los "olés" de un grupo reducido de aficionados amigos, incluyendo al ganadero Antonio Doblas. Hasta tres becerras toreó en un maratón que significó una prueba de capacidad y aguante, superada con creces. Y es que Benítez se manifiesta con fuerza e ilusión ante el difícil compromiso del sábado, pues sabe que será el foco de atención de los miles de aficionado que acudirán al coso de Ciudad Jardín dispuestos a verlo triunfar como en sus mejores tiempos.

Pero si el padre estuvo cumbre, al más puro estilo Benítez, su hijo Julio no se quedó atrás. Se encuentra en un excelente momento de forma y disfruta y hace disfrutar toreando. El sábado tiene una ilusionante papeleta pues ha de competir con un mito del toreo, que además es su padre.