La belleza con la que cuenta un amor terminado es el título de la revelación epistolar que ha sido premiada y que ha llevado a Mónica Gómez, de 32 años y licenciada en Dirección de Empresas, a replantearse su concepción de la vida y el amor romántico.

-¿Cómo comenzó esta experiencia?

-Comenzó en Córdoba. Vi la famosa película de Cartas a Julieta, de Amanda Seyfried, y me llamó la atención la historia. Después de verla, investigué un poco en internet para ver si la historia era o no cierta. Descubrí que sí, y que había una dirección de correo electrónico para mandar las cartas, así que la envié por correo. Fue por impaciencia, porque a mí me hubiera gustado enviarla en papel. Fue por eso, a partir de ver la película.

-La decisión de escribir la carta, ¿fue una decisión premeditada o producto de un impulso repentino?

-A mí siempre me ha gustado escribir, pero siempre lo he hecho para mí. Esta fue una forma más de escribir para mí, porque lo envié a una persona anónima. No sabía que había un concurso y jamás imaginé que esto iba a tener algún tipo de repercusión. Lo hice como lo hago otras veces, que me pongo y escribo lo que me sale en el momento. Lo mandé porque, para mí, en ese momento lo estaba enviando a alguien anónimo.

-Entonces, en cierto modo, la carta no va dirigida a Julieta, sino a usted misma

-Sí, un poco sí. Sirve un poco de autorreflexión, de todo.

-Siempre ha sido aficionada a la literatura y la escritura

-Sí. De hecho, me equivoqué de carrera porque mi vocación siempre ha sido este mundo.

-Ahora que ha ganado este concurso, ¿se ha planteado hacer un cambio en su vida y dedicarse a ello?

-Sí, incluso llevo tiempo pensándolo. Me gustaría empezar a estudiar algo como Periodismo. Pero vamos, escribir he seguido haciéndolo como lo he hecho durante todo este tiempo de atrás, aunque sea para mí.

-Ha convertido una experiencia amorosa dolorosa en un relato inspirador, incluso reivindicativo, que está teniendo cierta trascendencia.

-Sí, es otra forma de verlo. No sé. Siempre se muestra una cara más dramática cuando se rompe una relación y, en realidad, yo pienso que cuando se rompe una relación o surge un contratiempo siempre se puede ver como una oportunidad de cambio, como una forma de cambiar el rumbo, de encontrar otras salidas.

-En su carta destacan la ironía y cierto escepticismo hacia el amor romántico ‘shakesperiano’. ¿El amor romántico ha muerto?

-No. Pero creo que el amor romántico es una especie de trampa. Parece que el amor romántico lo justifica todo, que es lo más importante, y yo pienso que antes del amor romántico está el amor propio, porque si uno no se quiere a uno lo suficiente, difícilmente puede tener una relación de pareja sana.

-¿Y cómo es el amor de ahora?

-El amor de ahora es tan diferente como personas hay, creo. Cada uno tiene una forma de vivirlo. Pero pienso que cada vez más se está dando valor al amor propio, a la autoestima, a completarnos a nosotros mismos antes de buscar una media naranja.

-¿Cómo debería haber terminado ‘Romeo y Julieta’?

-Tendría que haber terminado como terminó, porque si no, no serían Romeo y Julieta. De hecho, cuando me respondieron, me dieron la razón, pero sí es cierto que si no hubiese terminado así no sería la misma historia. Hay cosas que son así porque tienen que ser así. Aunque hoy en día ese final no tendría mucho sentido.