El Ayuntamiento de Córdoba planea crear una visita conjunta que aúne como foco de interés turístico el Alcázar, los Baños Califales, los jardines del Obispo, la huerta y las Caballerizas. Como primer paso de este proyecto, ayer la Delegación de Cultura y Patrimonio Histórico puso en funcionamiento un bono para que resulte más económica la visita conjunta al Alcázar y a los Baños Califales, coincidiendo con la apertura de este último monumento tras estar cerrado desde el pasado 18 de diciembre por mejoras en el cuadro de suministro eléctrico y aseos para el personal. «La idea es lograr una visita conjunta a través de una tarjeta que tematice toda esta zona. El bono que se pone hoy en funcionamiento es para reforzar las visitas a los Baños Califales», explicó ayer el subdirector general de Cultura y Patrimonio Histórico, Leopoldo Tena.

Un total de 84.000 personas visitaron los baños a lo largo del año pasado, mientras que las visitas al Alcázar ascendieron a 600.000. Con este bono se espera que el número de visitantes alcance los 100.000 a lo largo de este año.

Para el responsable de la oficina de Arqueología de la Gerencia municipal de Urbanismo, Juan Francisco Murillo, el monumento responde «al prototipo clásico de baños para el cuidado del cuerpo y para el bienestar» y tiene el grave problema de «unas condiciones ambientales muy delicadas», ya que presenta mucha humedad por el terreno y esta disgrega la piedra, que es la estructura del monumento.

«El edificio de los baños tiene un serio problema de humedad del terreno» que -en su opinión- hay que equilibrar con otras reformas pendientes de realizar en el monumento como es la climatización del recinto.

Según Leopoldo Tena, el proyecto de climatización del monumento está pendiente del estudio de impacto de la conservación del recinto y de que sea aprobado por la comisión de la Junta de Andalucía.

Para Murillo, la climatización del recinto de los baños debe de presentar un «equilibrio entre la conservación del monumento y el confort de los turistas». En su opinión, el recinto no puede estar a 22 grados centígrados si eso supone un deterioro de los muros de sillería.

Respecto a la posibilidad de continuar con las excavaciones en esta zona, que todavía guarda numerosas sorpresas, el responsable de Arqueología de Urbanismo insistió de nuevo en la idea del equilibrio al tener un presupuesto y tener que decidir entre nuevas excavaciones arqueológicas o en conservar el patrimonio ya visible.

Para el taquillero de los Baños Califales, Francisco Muñoz, la mañana de ayer fue «un tanto floja en cuanto a visitantes, cosa que es normal, puesto que acabamos de abrir tras estar un mes cerrados». Sin embargo, en menos de cinco minutos entraron diez personas. La visita a este hamman en el Campo de los Santos Mártires dura 25 minutos y permite conocer cómo funcionaban estos espacios de aseo y bienestar desde su construcción en el siglo X hasta los siglos XII y XIII, en que fueron reutilizados por almorávides y almohades.