El rival del Córdoba hoy al mediodía, el Rayo Majadahonda, ascendió el pasado verano por primera vez en su historia a Segunda División. Entonces fue colocado por muchos como principal candidato al descenso, pero tras 20 jornadas disputadas en esta temporada 2018/19 solo estuvo entre los cuatro últimos de la tabla en las dos primeras jornadas, tras perder ante el Zaragoza y el Mallorca. Desde entonces ha sumado seis victorias, tres empates y nueve derrotas, varias de ellas en la racha de seis partidos sin vencer en la que llega a El Arcángel.

Los majariegos cambiaron casi al completo su plantilla tras el ascenso y cuentan con dos futbolistas con pasado en el Córdoba, Luso Delgado -cuatro temporadas y un ascenso a sus espaldas con los blanquiverdes- y Verza, que militó en sus filas en las campañas 2005/06 y en la 2006/07 hasta el mes de enero. En las filas del Rayo Majadahonda hay una mezcla de la veteranía aportada por Luso y Verza, pero también por otros jugadores con mucho fútbol recorrido como Héctor Verdés o el guardameta Basilio, ahora suplente pero que empezó siendo titular al inicio de la temporada. Y de la juventud de hombres como los dos Aitores -Ruibal y García, este último cedido por el Cádiz tras dos buenas temporadas en el club amarillo-, que aportan velocidad, desequilibrio y hambre.

Es un club pequeño, que no cuenta con instalaciones preparadas para competir en Segunda y que tuvo que empezar la temporada jugando en el Wanda Metropolitano, el estadio del Atlético de Madrid. Pero hasta ahora ha hecho de su debilidad una virtud. Todos aprietan dentro de un sistema táctico elaborado y flexible, que premia la solidaridad por encima del desparpajo individual y que busca encajar pocos goles y que los partidos estén competidos hasta la recta final. Hasta el bache en que entraron en las seis últimas jornadas el Rayo Majadahonda había encajado 18 goles en 14 partidos, pero desde entonces ha sufrido una dolorosa derrota ante el Elche (1-3) y hasta cuatro partidos sin ver portería.

Bien hormado pero sin gol

Su entrenador Antonio Iriondo ha construido un sistema táctico flexible y aguerrido

La carencia de gol es su principal déficit, que tratarán de paliar en el mercado invernal de fichajes para hacer que las cifras aportadas por sus actuales atacantes sean compensadas con un ariete con más olfato de cara a portería. Hasta ahora es Aitor García su máximo anotador en Liga, con cuatro tantos, por los tres de Isaac Carcelén y Aitor Ruibal en un equipo que es coral hasta para marcar y que suma solo 15 goles a favor, unos guarismos solo empeorados por el Nàstic de Tarragona, precisamente el anterior rival del Córdoba.

El entrenador de los majariegos, Antonio Iriondo -que está hospitalizado y hoy será suplido por su segundo, Juanvi Peinado- dispone un dibujo que rara vez es entendido del todo por sus contrincantes. El Rayo Majadahonda juega con tres centrales, dos carrileros con mucha profundidad y luego varía, dependiendo del equipo ante el que se enfrente, algunos detalles en el centro del campo. Así Enzo Zidane, hijo del entrenador Zinedine Zidane, ha aparecido esta temporada en banda izquierda o como mediocentro ofensivo por dentro. Aitor García puede partir desde ambas alas pero tiene mucha presencia en el área, especialmente cuando los carrileros entran hasta línea de fondo. A este sistema flexible aludió el técnico del Córdoba, Curro Torres, en la previa, cuando avisó que los majariegos «tienen un desorden dentro del orden y hay que saber manejarlo». La propuesta del Majadahonda pasa siempre por tener el balón y acogotar al rival con entradas por las bandas y llegadas de centrocampistas al área. Virtud del Córdoba en el partido de hoy debe ser manejar la posesión y evitar que los majariegos metan a muchos jugadores en su campo.