Se ha celebrado en Bujalance uno de los eventos más importantes y espectaculares, que se producen en torno al proyecto de la Arquitectura del Sol, el Milagro de la Luz de San Francisco, organizado por la concejalía de Turismo que, junto al otro evento que se celebra en agosto en la Catedral de la Campiña, tienen el objetivo de poner en valor el patrimonio histórico, artístico y cultural.

Así, durante varios atardeceres el templo de San Francisco se ha visto lleno de bujalanceños y visitantes para presenciar este curioso y maravilloso efecto lumínico, que casi cinco siglos atrás diseñasen sus anónimos hacedores. En un ambiente de silencio místico y con halo de misterio, un rayo de luz proyectado por el rosetón de la cabecera del templo, iba realizando un arco de luz hasta llegar a la imagen de San Francisco que se encuentra en el altar mayor, hasta dejarlo totalmente iluminado. Era el culmen, mientras el resto del templo se mantenía en penumbra. A la vez que ocurría todo eso, las grandes voces del Cuarteto Lírico Amigos de la Música iban interpretando bellos temas religiosos, junto a poemas de Mario López, transportaban a la quinta esencia, en ese encuentro prodigioso del Hermano Sol, con el santo de la naturaleza. Han sido unos atardeceres intensos los vividos en estos días, momentos que han llenado de paz el espíritu, haciendo que todos los asistentes sintieran, quietud y trascendencia, en definitiva, han sido instantes inolvidables, por todo lo vivido en torno a la onomástica de San Francisco, en el calendario Juliano del siglo XVI, nuestro actual 14 de octubre y que cada año se repite.

Hacia 1530 los frailes franciscanos fundan su nuevo convento en Bujalance, e inician las obras de su iglesia. La cabecera gótica de la Catedral de la Campiña estaría ya en planta. Sus dimensiones se habían fijado usando la divina proporción, y el templo se orientó al punto del orto solar en la onomástica de la Virgen de la Asunción. Los franciscanos decidieron orientar su iglesia al punto del horizonte donde muere el sol en la onomástica de San Francisco. Estos “encajes” astronómicos hay que entenderlos en el marco de la cosmovisión aristotélica y las teorías de la quintaesencia de la época. La ventana o rosetón sobre el pórtico era un elemento típico de la arquitectura franciscana, y en el diseño se manejaron las dimensiones correctas para conseguir que la luz del sol, el día de la onomástica de San Francisco, coronase la imagen del santo que preside el muro del presbiterio, es el vespertino Milagro de la Luz.

Unido a este peculiar evento, como reclamo y atractivo turístico, se ha desarrollado también con gran éxito de participación, la 1ª Ruta Gastronómica Arquitectura del Sol, que desde viernes y hasta el domingo pasado, nueve restaurantes de la localidad han ofrecido sus mejores manjares. Los restaurantes, favorecidos también por el buen tiempo, han visto llenos sus salones y terrazas, muchos de sus clientes venidos de fuera, para degustar a un precio módico, las propuestas de cada uno.