Aquí estamos de nuevo, tras las vacaciones y ya trabajando. Salí de viaje hacia Francia el día 28 de julio y volví el 22 de agosto, y al llegar me sorprendió ver la Avenida del Brillante asfaltada, con pintura nueva, después de bastantes meses de obras. Igualmente vi algunas reformas en rotondas, y me di cuenta que ese acelerón a las obras podría ser por la llegada de la Vuelta Ciclista a España. Bienvenida sea por esto y por toda la difusión que se le da a Córdoba. Y pensarán, ¿qué tiene que ver esto con los deportes de motor? Pues por una parte, la ronda ciclista lleva una buena caravana de vehículos, entre los coches y autobuses de los equipos, las motos de la Guardia Civili y otras para oficiales, prensa... (incluidas las raras Yamahas de tres ruedas).

Y además, el pasado miércoles cuando vi a los ciclistas en la etapa de los Lagos de Covadonga rodando bajo la lluvia, subiendo y bajando puertos, me acordé del esperpento del Gran Premio de Bélgica de Fórmula 1 del domingo pasado. A la hora teórica de comenzar la prueba, llovía bastante en el circuito de Spa y tras dar una vuelta detrás del safety car, volvieron a los boxes. Entonces comenzó una serie de aplazamientos de la salida que llegó hasta las seis de la tarde, seguía lloviendo cuando salieron otra vez detrás del safety car, dieron dos vueltas y ‘la carrera’ se acabó, dando puntos para el campeonato…