En primer lugar quiero agradecer la acogida que ha tenido esta publicación de motor en su reaparición hace quince días, reflejada en las redes sociales. Esta es una columna de opinión, y a continuación voy a dar la mía sobre un tipo de vehículos que están de actualidad, los que utilizan la energía eléctrica para moverse. Y no solo me refiero a los coches, sino también a los vehículos de dos ruedas o los industriales. Es muy posible que sean predominantes en el futuro, pero de momento, a pesar de las constantes presentaciones de modelos híbridos o solo eléctricos ‘enchufables’ se ven pocos en el tráfico rodado.

De momento veo algunos problemas para que el usuario normal los adquiera. Por un lado su precio, más caro que los que usan otros combustibles como la gasolina o el gasoil. Pero sobre todo es la escasa autonomía que tienen, pues con algunos de los convencionales se pueden hacer cuatrocientos o más kilómetros, y es fácil encontrar gasolineras, mientras que con los eléctricos ‘puros’ es mucho menor la autonomía, y hay pocas ‘electrolineras’ y los híbridos acaban gastando casi lo mismo que los no eléctricos.

Por otra parte, y con la subida constante de la energía eléctrica (véanse las facturas de los últimos meses), es para pensárselo antes de comprar uno para enchufarlo en casa.