Las últimas investigaciones en el conjunto arqueológico de Medina Azahara han arrojado luz sobre el acceso a la Plaza de Armas de la ciudad palatina, descubriéndose vestigios de la puerta oriental de este gran recinto, por donde las embajadas acudían a la ciudad omeya y donde se realizaban paradas militares o recepciones del califa. Este hallazgo abre nuevas hipótesis, dado que los trabajos que se vienen realizando han aportado datos que hacen pensar que puede existir una segunda puerta de conexión en el lado septentrional de la plaza. Así, las excavaciones se centran en este momento en localizar una posible puerta que conecta la Plaza de Armas con el edificio singular excavado el pasado año y del que se desconoce aún su uso, y poder determinar así la relación entre estos dos espacios. Por otro lado, también se estudian otros accesos desde el Sur mediante rampas, algo en lo que se investigará el próximo año.

A falta de una semana para que concluyan las excavaciones, se han hallado restos de esta puerta de acceso, en concreto, tres jambas, así como la cimentación de pilares similares a la portada principal, mientras que algunos elementos que han aparecido indican la existencia de una segunda planta. «Estamos ante una investigación a la que le restan dos años más, que empieza a cerrar algunas hipótesis y que abre otras nuevas sobre los recorridos de las embajadas hasta llegar a Medina Azahara», explicó ayer en la ciudad palatina la delegada territorial de Cultura, Cristina Casanueva.

Además de datos sobre la llegada de esos séquitos y embajadas, de la que se tiene conocimiento por los textos árabes, estas investigaciones aportan luz sobre cómo era la articulación del edificio para la llegada de estas personalidades, el funcionamiento propio de la ciudad omeya y la extensión real del Alcázar de Medina Azahara, que continuaría hacia el oeste. Por otro lado, estos nuevos datos también ayudarían a organizar la visita al conjunto arqueológico, a medio plazo, desde el museo y caminando, para que los visitantes puedan contextualizar este recinto, cuyo tamaño puede ser «como tres veces la plaza de la Corredera», explicó Alberto Montejo, director del yacimiento, que añadió que otra de las aspiraciones es musealizar esta zona en el futuro.

EN BUSCA DE LOS LIMITES // Estos son parte de los resultados la investigación que llevan a cabo el Instituto Alemán de Arqueología en Madrid, la Universidad Autónoma y arqueólogos del propio yacimiento en la tercera campaña de trabajo de las cinco que están previstas que se realicen en esta parte del yacimiento. Estos trabajos, que llevan realizándose en los últimos dos años, buscan situar los límites de la Plaza de Armas y, mientras que en el 2017 se descubrieron las diferentes fases de construcción que hubo en el Gran Pórtico, en el 2018 se hicieron varios sondeos en un edificio singular que sigue en estudio, y ahora se trabaja en la delimitación oriental de la plaza, confirmándose algo que ya se suponía, esa entrada a la Plaza de Armas. Este proyecto de investigación ha tenido una duración de dos meses y se está actuando sobre cinco sondeos de unos tres metros de profundidad en unos 350 metros cuadrados, con una inversión de 31.000 euros, según explicó Cristina Casanueva.