El alcalde de Rute y secretario general de los socialistas cordobeses, Antonio Ruiz, fue ayer reelegido como presidente de la Diputación de Córdoba, en el que será su segundo mandato. Para recibir el bastón de mando Ruiz contó con los once votos del grupo socialista y los cinco de la coalición Izquierda Unida, con lo que se reedita la fórmula utilizada en el anterior periodo, cuando también gobernaron la institución provincial PSOE e IU. La diferencia en esta nueva etapa radica en que el PSOE ha perdido un diputado e IU ha ganado tres. Por su parte, los ocho diputados del PP votaron en blanco, el de Vox se abstuvo y los dos de Ciudadanos votaron a su candidato, Miguel Ángel Castellano. Antes de la votación se produjo un momento de suspense al anunciar por error el secretario que IU presentaba su propio candidato, lo que hubiera supuesto una ruptura del pacto suscrito 48 horas antes. La inmediata rectificación del funcionario devolvió la tranquilidad a las filas socialistas y levantó cierto murmullo en las salas desde las que se seguía el acto.

En el mismo se dieron cita representantes de distintas instituciones como el consejero de Salud, Jesús Aguirre; la subdelegada, Rafi Valenzuela; el delegado de la Junta, Antonio Repullo; el alcalde, José María Bellido; la secretaria general de los socialistas andaluces, Susana Díaz; el portavoz popular en el Parlamento andaluz, José Antonio Nieto, y el obispo, Demetrio Fernández. Todos los partidos estaban representados, así como los sindicatos, la patronal, las fuerzas de Seguridad del Estado, la Justicia y los ayuntamientos de la provincia.

Una vez proclamado presidente, Antonio Ruiz expuso lo que serán las líneas fundamentales de su nueva andadura al frente de la Corporación provincial, en la que se han fijado como objetivo principal la lucha contra la despoblación de los pueblos y los pequeños núcleos rurales de la provincia, de modo que «todas las áreas tendrán como eje decisivo la fijación de la población al territorio». Para ello, indicó que es necesario la implicación de todas las administraciones para poner en marcha políticas que contribuyan a la fijación de la población «o por lo menos facilitar los medios y condiciones necesarias para que la población actualmente existente pueda disponer de las mismas oportunidades, para consolidar su presencia en esas zonas y contribuir a que pueda existir una atracción demográfica que ayude a consolidar esas políticas contra la despoblación de las comarcas de interior».

Considera Ruiz que para conseguir esos objetivos es necesario dotar de infraestructuras y medios de vida con similares oportunidades a los pueblos que los que disponen los ciudadanos de la ciudad. La Diputación, añadió Ruiz, debe «diseñar un plan que permita conocer de forma objetiva, pormenorizada y exhaustiva las medidas para reducir las causas que originan la despoblación o en su caso contrarrestar los efectos que produce entre la población y fomentar un mayor equilibrio territorial entre las zonas urbanas y las rurales». Considera el presidente de la institución provincial que para ello es necesario «promover los medios y las condiciones necesarias para conseguir un crecimiento inteligente, sostenible e integrador en los núcleos de población más pequeños de nuestra provincia»

Como causa fundamental del despoblamiento, señaló Antonio Ruiz el desempleo, por eso cree necesario «promover la empleabilidad y la inclusión de las mujeres con dificultades a la hora de encontrar trabajo». Junto a todo ello, el presidente se mostró dispuesto a continuar proyectos y políticas ya iniciadas en el anterior mandato, con especial atención a los municipios de menos de 20.000 habitantes, a los jóvenes, a la igualdad, a las infraestructuras y vías de comunicación y una apuesta decidida por que las nuevas tecnologías lleguen a todos los rincones de la provincia y a todos los ayuntamientos.

Junto a todo ello, Antonio Ruiz hizo un balance bastante positivo del anterior mandato con colaboración con IU, del que destacó la duplicación de los fondos para los planes provinciales y las inversiones en los municipios, así como otras medidas incluidas en el Plan Impulsa.

Pleno de constitución de la nueva corporación provincial. Vídeo: Diputación de Córdoba

LA OPOSICIÓN

Por su parte, los grupos de la oposición hicieron especial hincapié en la necesidad de diálogo, transparencia, «sentido común, buenas decisiones y de grandes éxitos», porque de ello depende en gran medida el futuro de los municipios cordobeses, según expuso la portavoz del PP y expresidenta de la Diputación, Maria Luisa Ceballos, quien señaló como principales retos de la provincia el empleo estable y de calidad, por lo que defendió la necesidad de acometer políticas transversales, en colaboración con otras administraciones y de los agentes sociales que reviertan la situación.

A este mismo asunto hizo alusión el portavoz de Izquierda Unida, Francisco Ángel Sánchez, quien señaló que este problema afecta de manera especial a las mujeres y los jóvenes, por lo que el reto de la actual corporación es poner en marcha medidas que combatan estas circunstancias.

Para el portavoz de Ciudadanos, Miguel Ángel Castellano, la responsabilidad de los integrantes de esta nueva corporación es la de construir una «sociedad más justa e igualitaria, donde la exclusión por cuestiones de sexo, raza o religión sean una rémora histórica felizmente superada» y manifestó su compromiso con la defensa de «una sociedad moderna, liberal, avanzada y competitiva». También señaló como uno de los grandes problemas actuales «la despoblación de las zonas rurales» y para combatirlo dijo que la Diputación «tiene que tomar protagonismo con políticas de utilidad pública».

Para el portavoz de Vox, Rafael Saco, la Diputación debe ser «una herramienta para que la provincia crezca y tiene que administrar los intereses y la prestación de servicios en todo el territorio».