Siempre fue un talento futbolístico, pero su ajetreada vida le había dado más de un disgusto. Las experiencias del último año y medio han cambiado todo. Antonio Cassano (Bari, 1982) es otra persona. En abril del 2011 nació su hijo Christopher, fruto de su relación con Carolina, jugadora italiana de waterpolo. Ahí empezó su mutación, que tuvo un punto culminante el pasado noviembre, cuando Talentino fue operado del corazón tras sufrir un ictus cerebral.

Cassano se empezó a sentir mal después de jugar un partido con el Milan ante la Roma. Hablaba con problemas y sus movimientos no eran coherentes. Fue ingresado y días después pasó por el quirófano para solucionar una malformación cardíaca que le había causado el derrame. El calcio quedó conmocionado, pero el exjugador del Madrid salió adelante, con el apoyo de sus familiares y amigos, empezando por el seleccionador Cesare Prandelli.

La muerte de Morosini

No había pasado ni medio año de la intervención cuando Cassano volvió a jugar, el 7 de abril en San Siro. El astro se había cuidado como nunca. Sin embargo, una semana después se produjo la tragedia de Morosini, el jugador del Livorno que murió de un infarto en pleno partido. "Fue un golpe. Mi esposa estaba muy preocupada. Un día, sentado en el sofá y mirando a la pared, pensé: 'lo dejo todo, está en juego mi vida'".

Guía de Balotelli

Pero Cassano siguió y Prandelli confió en él. El técnico ha sabido dosificarlo a la perfección. Nunca juega más de una hora, tiempo suficiente para mostrar su innegable clase. También es clave para guiar al díscolo Balotelli, con quien se lleva de maravilla. Es la nueva vida de Talentino . Atrás queda un pasado marcado por los excesos (en su primer libro contó que se había acostado con unas 700 mujeres) y sus frases gloriosas, como la que soltó cuando publicó su segunda obra. "Ya he escrito más libros de los que he leído". El gran Cassano jamás perderá el sentido del humor.