La semana que viene se cumple un año de las segundas inundaciones que sufrió la capital en el 2010 y que obligaron a desalojar a más de 450 familias del entorno del aeropuerto --Guadalvalle, Fontanar de Quintos, La Altea y San Isidro de la Alameda-- y Alcolea. Los que se encontraron con el agua y el lodo al cuello y tuvieron que salir corriendo de sus casas viven, doce meses después, con la misma inquietud, idénticos problemas y la sensación de que nada se ha avanzado a pesar de las buenas intenciones mostradas entonces por todas las administraciones.

A pesar de esa percepción, hay circunstancias que sí han cambiado. El presidente de Urbanismo, Luis Martín, asegura que hay dos propietarios de casas de Alcolea y Majaneque que han presentado un escrito para acogerse al derribo, fórmula ideada por la anterior Corporación para las viviendas en mal estado construidas en suelo inundable y no urbanizable como condición para seguir cobrando las ayudas al alquiler que acabaron en mayo. Además, y tras finalizar esas ayudas, hay algunas casas, de la decena que fueron precintadas por su riesgo, que vuelven a estar habitadas por, entre otros motivos, temor a ser desvalijadas, ya que han sido objeto de robos. Martín afirma que "se les notificará que su casa tiene riesgo" y que "hay vigilancia por parte de la Policía Local". Otro de los problemas es que "el río sigue sin limpiar" y algunos arroyos, ya que aún no se han acondicionado todos.

El ingeniero jefe de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, Antonio Ramón Guinea, recibió ayer a vecinos del entorno del aeropuerto que le plantearon sus problemas, entre ellos los árboles que se acumulan en el río y los caminos de servidumbre perdidos. Con ellos se comprometió a visitar la zona "para comprobar los daños y ver qué se puede mejorar a corto plazo" teniendo en cuenta la disponibilidad presupuestaria. No llegó a prometer la limpieza del río, pero sí a "tratar de corregir lo que sea posible". Además, les dará información de los desembalses. Basándose en los datos que maneja, ve improbable que las inundaciones vuelvan a repetirse este año en la capital.