Palma del Río vivía ayer una jornada de tranquilidad relativa comprobando cómo la crecida del Genil, que bordea parte del casco urbano, no había provocado los mismo daños que en las inundaciones de 1997. Las huertas ribereñas a ambos ríos, Genil y Guadalquivir, son las grandes perjudicadas y junto al casco urbano, el agua del Genil alcanzó cuatro viviendas al final del Callejón del Junco, ya en zona de huertas.

Los caminos traseros a la calle Río Seco, caminillo Gloria, Gálvez y El Molinillo también han retenido el agua que finalmente no pasó a Río Seco, vía que sí sufrió las avenidas de ambos cauces hace algo más de 12 años.

A última hora de la tarde, el Genil seguía experimentando un descenso y los indicadores de referencia en Ecija marcaban un caudal de 333,36 metros cúbicos por segundo, mientras que en la jornada del martes llegó hasta los 678,54 metros cúbicos por segundo. Sin embargo, el Guadalquivir, retirado del casco urbano, sí pasaba alcanzando una altura de 9,40 metros de altura.

El alcalde palmeño, José Antonio Ruiz Almenara, informaba el martes por la tarde a los vecinos del Callejón del Junco, zona inundable del Genil, que no pasaran la noche en sus casas y ofrecía la ayuda municipal para poner a salvo mobiliario y enseres. Almenara señaló que unas 200 personas se podían ver afectadas por la avenida del Genil, desde los pagos de huerta hasta el Callejón del Junco. Las familias optaron por quedarse en sus viviendas y el río ha entrado solamente al final del Callejón, zona de huerta, afectando a cuatro viviendas. Ayer por la mañana, el agua no permitía la entrada a estos propietarios que querían pasar para comprobar el estado de sus casas y las pérdidas.

El alcalde valoraba a primera hora los efectos de la crecida de ambos ríos afirmando que el proyecto de protección hidráulico construido al final del paseo Alfonso XIII, tras las inundaciones del 97, ha sido fundamental para soportar una situación tan complicada.

DISPOSITIVO También destacaba que la estrategia de defensa diseñada entre Protección Civil, servicios técnicos, Policia Local y Guardia Civil, en permanente vigilancia durante toda la madrugada en los puntos más conflictivos, ha sido esencial para proteger el casco urbano. Durante la mañana se volcaron camiones de grava en La Chirritana, Miralrío y traseras del Río Seco.

Ruiz Almenara ha afirmado que la huerta palmeña y los pagos ribereños del Genil han sido las zonas más vulnerables. En Pedro Díaz, de nuevo, se han visto afectadas viviendas de segunda residencia y de labranza.