La autovía Badajoz/Granada va camino de tardar más que lo que en su día se prolongó la ejecución de la autovía de la Costa del Sol. La A-45 vino a sustituir a la N-331, la antigua carretera de Málaga, una vía teñida de luto porque solo de 1996 a 2006 murieron a lo largo de su trazado más de 80 personas en accidentes de circulación. Por eso, atendiendo a que la N-432 ocupa en las estadísticas de los últimos años el primer o segundo lugar en siniestralidad vial en Córdoba, resulta contradictorio comprobar que los Presupuestos del Gobierno central para 2009 solo contemplan una partida para completar el estudio informativo de la A-81 y, salvo cambio de última hora por la enmienda presentada por el PSOE, ni un euro para su construcción. Como mal menor habrá que pensar que al menos se acabe la A-45, con ese complejo puente de Benamejí, y que se concluya a su vez la autovía entre Lucena y Cabra (para reducir la alta siniestralidad que se registra en la carretera secundaria actual que une las dos localidades). Porque durante algunos años más habrá que seguir surcando las curvas de la N-432 y rezando para que haya menos accidentes que en la actualidad.