Guerra en el este de Europa

Scholz insiste en que no enviará sus misiles Taurus a Ucrania tras el comprometedor 'hackeo' ruso

Estos misiles de largo alcance, con un radio de 500 kilómetros, están capacitados para alcanzar objetivos rusos desde territorio ucraniano

El canciller alemán, Olaf Scholz.

El canciller alemán, Olaf Scholz. / EFE

Gemma Casadevall

Que el canciller alemán, Olaf Scholz, insista a diario en que no suministrará misiles Taurus Ucrania no rebaja la tensión desatada por la conversación hackeada por Rusia, donde altos cargos militares alemanes barajan posibles objetivos para esas armas de largo alcance, como el puente de Crimea. "Soy el canciller y, por tanto, rige lo que he dicho", afirmó Scholz este lunes, mientras en Moscú se especula con una entrega a Kiev a sus espaldas. "No se puede suministrar un sistema de largo alcance sin pensar en sus consecuencias y su control, teniendo en cuenta que está absolutamente descartada una participación de soldados alemanes", añadió.

Los Taurus, con un radio de 500 kilómetros, están capacitados para alcanzar objetivos rusos desde territorio ucraniano. Scholz lleva semanas negándose a suministrarlos, lo que contraría a los partidarios de esas entregas entre sus socios de coalición verdes y liberales, además del anhelo de Ucrania de poseerlas. Que tampoco está dispuesto a enviar soldados alemanes a Ucrania lo dejó asimismo claro ante el presidente francés, Emmanuel Macron, después de que este no descartara mandar tropas aliadas al país eslavo.

Los 38 minutos de conversación entre altos cargos militares filtrados el pasado viernes por el medio estatal ruso RT han tensado las precarias relaciones entre Moscú y Berlín. El Kremlin informó este lunes de que el embajador alemán, Alexander Lambsdorff, había sido citado para dar explicaciones ante el Ministerio de Exteriores ruso. La conversación por videoconferencia muestra, según el Kremlin, la "implicación directa de Occidente en el conflicto de Ucrania". Es decir, justo aquello que Berlín y otros socios europeos tratan de evitar. Berlín rebajó al nivel de la cita de su embajador y afirmó que era una reunión previamente "planificada".

Cifras y datos

El diálogo entre los militares alemanes --entre ellos, el máximo jefe de las fuerzas aéreas, Ingo Gerhartz-- se realizó el pasado 19 de febrero por videoconferencia a través de software Webex. Se abordaba un eventual suministro de misiles Taurus a Ucrania y la hipótesis de un ataque al puente que comunica la península de Crimea --anexionada por Rusia en 2014-- con territorio ruso. Para Moscú, eso equivale a un ataque en su territorio y presumiblemente con intervención de soldados de la OTAN, en este caso de Alemania.

No era una conversación abstracta, se especificaban cantidades: 100 misiles, con una primera partida de 50 unidades. Se daba por hecho, además, que el Ejército británico tiene desplegados ya algunos oficiales en Ucrania para el manejo de los misiles Storm-Shadow, lo que Londres niega.

El ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, acusó a Rusia de "campaña de desinformación" para "desestabilizar" Alemania o de "guerra híbrida". Los servicios de espionaje militar --MAD-- están investigando cómo pudo producirse esta filtración en una conversación de estas características. Si el rechazo a entregar los Taurus ya enfrentaba a los socialdemócratas de Scholz con sus socios de coalición, ahora sobre el canciller cayeron las críticas opositoras por el 'hackeo' procedente de la gran potencia de los ciberataques que es Rusia.

Los contenidos de las conversaciones circulan desde el viernes por las redes 'amigas' del Kremlin. En ellas se asegura que los militares están dispuestos a actuar "a espaldas de Scholz", se acusa al Ejército alemán de estar preparando otra agresión contra Rusia, generadora de la siguiente guerra mundial, y se considera que ello prueba que Alemania no completó la "desnazificación" de sus fuerzas armadas.