Estados Unidos

La ayuda de EEUU a Ucrania e Israel, en el limbo por el desbarajuste de los republicanos bajo el peso de Trump

La presión del expresidente ha hecho colapsar una propuesta de ley que unía ayuda exterior con endurecimiento en cuestiones de inmigración

El 'speaker' de la Cámara de Representantes de EEUU, Mike Johnson.

El 'speaker' de la Cámara de Representantes de EEUU, Mike Johnson. / WILL OLIVER / EFE

Idoya Noain

La ayuda de Estados Unidos para Ucrania e Israel ha quedado en el limbo y las expectativas de que salga de ahí en algún momento cercano son escasas. En un Congreso dividido, el peso de Donald Trump y de sus aliados más ultras en el Partido Republicano ha intensificado el desbarajuste de la formación conservadora. Y mientras quedan expuestas sus dificultades tanto para gobernar como para dejar que se gobierne, languidece la petición para dar asistencia a esas naciones de Joe Biden, que el viernes recibe en la Casa Blanca al canciller alemán, Olaf Scholtz, en una conversación donde la guerra de Rusia y la ayuda a Kiev serán centrales.

Desbarajuste es una forma suave de definir lo que se ha consumado en los dos últimos días no solo en la Cámara de Representantes, que controlan con un margen mínimo los republicanos, sino también en el Senado, donde son minoría. Y este miércoles en la Cámara Alta moría una propuesta bipartidista que había llevado cuatro meses negociar y que con 118.000 millones de dólares combinaba la ayuda internacional con inversiones para reformas de la inmigración y endurecimiento de controles en la frontera sur, algo que los propios republicanos habían exigido y a lo que el presidente Joe Biden había accedido.

La presión de Trump

Esa muerte solo se explica por la presión sobre los congresistas de Donald Trump. Como casi seguro candidato republicano para las elecciones de noviembre, el expresidente pretende hacer de la crisis migratoria un tema central en su duelo con Biden. Estuvo llamando a representantes y senadores instándoles a no apoyar la medida para no dar al demócrata ninguna posibilidad de poder presentarse ante los ciudadanos como alguien que intenta resolver la crisis (aunque las concesiones que Biden ha realizado en materia de inmigración le han granjeado críticas desde el ala progresista de su propio partido y desde grupos que trabajan con inmigrantes).

La estrategia de Trump tuvo éxito: el miércoles, la propuesta de ley, que en el Senado necesitaba 60 votos para seguir adelante, fracasó con un voto 49-50. Solo cuatro republicanos votaron a favor y en contra lo hicieron cinco demócratas, además de Chuck Schumer, el líder demócrata en el Senado, que lo hizo por una cuestión de procedimiento para guardarse la opción de resucitar la propuesta de ley en el futuro.

El plan B

Schumer puso inmediatamente en marcha un plan B: someter a votación otra propuesta que excluye la inversión en inmigración y se centra únicamente en la ayuda al exterior. Esa medida destinaría 60.000 millones para Ucrania y 14.000 millones para Israel, así como 10.000 millones para ayuda humanitaria a civiles en crisis globales, casi 5.000 millones para aliados en el Indo-Pacífico y para “desalentar agresiones del gobierno chino” y 2.400 millones para apoyar las operaciones de EEUU en el Mar Rojo.

Al final de la tarde Schumer pospuso la votación de esa propuesta hasta este jueves para dar más tiempo a clarificar su postura a los republicanos. Algunos de estos habían empezado a reclamar que se pudieran incluir enmiendas sobre inmigración, pese a haber rechazado horas antes la propuesta de ley que vinculaba las dos cuestiones.

Incluso si la legislación de ayuda a Ucrania e Israel sale adelante en el Senado, un condicional en mayúsculas no solo por los republicanos sino por reticencias de demócratas progresistas a apoyar más ayuda militar a Israel por la situación humanitaria en Gaza, en la Cámara Baja enfrenta un escollo aún mayor. Allí es donde más fuerza y poder tiene la minoría ultraconservadora más estrechamente aliada con Trump y donde más firme es la oposición a dar más asistencia a Kiev. Y congresistas como Marjorie Taylor Greene han amenazado al presidente de la Cámara, Mike Johnson, con poner en marcha el proceso para echarle del cargo si somete a votación cualquier propuesta para financiar a Ucrania.

El bochorno del ‘speaker’

Esa presión sobre Johnson subraya su frágil situación, heredada desde que Kevin McCarthy hizo concesiones al ala dura para llegar al cargo. Y su estatus se ha visto golpeado además por dos estrepitosos fracasos el martes. El ‘speaker’ no consiguió sacar adelante un intento de someter a un ‘impeachment’ a Alejandro Mayorkas, el secretario de Seguridad Nacional de Biden, por la crisis de la inmigración. Además, tampoco logró los votos necesarios para aprobar una propuesta de ley que solo abordaba ayuda militar a Israel.

No es la mejor posición para otros retos inminentes que se avecinan, incluyendo la necesidad de nuevo de aprobar presupuestos que permitan mantener operativo el gobierno de EEUU. Estos se han ido prorrogando con medidas temporales y los nuevos plazos para evitar un cierre se cumplen el 1 y el 8 de marzo.