Migraciones

Frontex comparte las coordenadas de pateras con una milicia de Libia, según una investigación periodística

Este grupo criminal, con una embarcación propia, intercepta y devuelve al país a las personas refugiadas

Una embarcación de Frontex recoge de una embarcación a un grupo de refugiados en el Egeo.

Una embarcación de Frontex recoge de una embarcación a un grupo de refugiados en el Egeo. / EFE

Marc Ferrà

La agencia fronteriza de la Unión EuropeaFrontex, y Malta están compartiendo "sistemáticamente" las coordenadas de las pateras de refugiados que salen de Libia con una embarcación operada por una milicia vinculada a Rusia, según una investigación periodística realizada por Lighthouse Reports, en la que han participado varios medios internacionales. Los testimonios que han podido entrevistar relatan que, tras ser interceptados por el barco del grupo criminal, fueron víctimas de malos tratos, tortura y trabajos forzados. 

Este modus operandi que desvela la investigación consiste en que Frontex o las autoridades maltesas hacen llegar las coordenadas de las pateras a este grupo criminal por varias vías: como una alerta de mayday, que todas las embarcaciones de la zona pueden escuchar; por comunicación indirecta en Trípoli o de manera directa con las autoridades libias, como demuestran que hizo un piloto maltés. Apuntan, que en todas estas ocasiones, había opciones más seguras para proceder al rescate, como embarcaciones mercantes o de oenegés o directamente los operativos de salvamento marítimo de Italia o Malta.

Según Nora Markard, experta en derecho internacional entrevistada por los periodistas que han llevado a cabo la investigación, Frontex debería haber asegurado que alguien más se hiciera cargo del rescate después de la llamada de socorro. Además, apunta que "Frontex sabe que esta situación es más un secuestro que un rescate”. Esta milicia que opera la embarcación con la que interceptan a las pateras se llama Tareq Bin Zeyad y es “uno de los grupos más peligrosos del mundo”, señalan. Está liderada por Saddam Haftar, hijo de Khalifa Haftar, el hombre fuerte que controla el este de Libia y que recibe el apoyo de los mercenarios rusos de Wagner

Desde el mes de mayo, esta embarcación de la milicia libia ha interceptado a más de 1.000 personas que intentaban llegar a Europa. Tras ser atrapados, son devueltos a Libia. “Les dijimos que nos dejaran en paz, que teníamos niños y mujeres a bordo. Pero nos acusaron de tener armas y drogas y dispararon contra nuestro barco”, explica uno de los testimonios recogidos por Lighthouse Reports. Durante la travesía de vuelta, pero sobre todo en tierra firme, los refugiados son víctimas de todo tipo de malos tratos y son encerrados en recintos controlados por la milicia. Varios de los testimonios también explicaron que fueron víctimas de esclavitud: “Nos vendieron a empresarios para que trabajáramos para ellos de forma gratuita”. 

Libia se ha convertido en un país fraccionado y controlado por diferentes milicias que se disputan el poder. Un camino incierto y pantanoso que se alarga desde 2011, cuando derrocaron el régimen de Muamar el Gadafi y estalló una guerra civil. Este país norteafricano es uno de los principales puntos por el que las personas migrantes o refugiadas intentan llegar a Europa. En lo que llevamos de 2023, 15.000 personas que habían salido en patera de Libia fueron interceptadas y devueltas al país, 1.500 eran niños o mujeres, según datos de la OIM (Organización Internacional para las Migraciones). Además, hasta noviembre, 947 personas han muerto y hay 1.256 desaparecidos en la ruta del Mediterráneo central.