Conflicto de intereses

Juicio al ministro de Justicia francés, acusado de aprovecharse del cargo para ajustar cuentas con magistrados

Este mediático abogado en el pasado y polémico ministro en el presente está acusado de un delito de conflicto de intereses por haberse vengado presuntamente de aquellos magistrados con los que se había enfrentado antaño

El ministro de Justicia francés, Éric Dupond-Moretti.

El ministro de Justicia francés, Éric Dupond-Moretti. / EFE

Enric Bonet

Un ministro de Justicia sentado en el banquillo de los acusados. La situación resulta digna de una imaginaria cuarta temporada de la serie Baron Noir, pero se trata de la realidad a la que se enfrenta esta semana el Gobierno de Francia. Este lunes empezó en la Corte de Justicia de la República (CJR) el juicio de Éric Dupond-Moretti, responsable gubernamental del estamento judicial desde el verano de 2020. Este mediático abogado en el pasado y polémico ministro en el presente está acusado de un delito de conflicto de intereses por haberse vengado presuntamente de aquellos magistrados con los que se había enfrentado antaño. Es el primer ministro de Justicia procesado en la historia de la Quinta República.

"Aquellas personas bajo las órdenes jerárquicas de un ministro deberán sostener las acusaciones contra él, ¡no tiene ningún sentido! Más allá del prisma franco-francés, ¿qué imagen vamos a dar en el extranjero?", lamentaba un magistrado en declaraciones al diario progresista Libération. La situación resulta surrealista: un ministro se enfrentará durante dos semanas (hasta el 17 de noviembre) a aquellos mismos funcionarios a los que dirige. 

Este proceso no solo puede dañar aún más la imagen del Gobierno de Emmanuel Macron —hasta 17 ministros o secretarios de Estado se han visto salpicados por affaires desde 2017—, sino también de la justicia gala, acusada de ser demasiado benigna con los poderosos. Creada en 1993, la CJR es el tribunal especial encargado de juzgar a los integrantes del Ejecutivo por delitos cometidos durante el ejercicio de sus funciones. Está compuesta por tres jueces de la Corte de Casación y 12 parlamentarios (cuatro del partido de Macron, cuatro de la derecha republicana, dos de la izquierda, uno de la conservadora UDI y uno de la ultraderecha de Marine Le Pen).

Ánimo de "venganza", según la acusación

"Para mí y mis allegados, este proceso es una infamia", ha declarado por la tarde Dupond-Moretti en la primera audiencia del juicio. "He aceptado que me cubran de oprobio para que ni el ministerio ni mi administración se vean salpicados", ha añadido. En concreto, acusan al ministro, de 62 años, de haber impulsado procesos disciplinarios contra cuatro jueces con los que se había enfrentado cuando ejercía como abogado. 

Por un lado, esas medidas, con ánimo de "venganza" según la acusación, afectaron al magistrado de instrucción de Mónaco, Edouard Levrault, que investigó al multimillonario ruso Dmitri Rybolovlev, propietario del equipo de fútbol AS Monaco, y a un policía del principado, ambos asesorados legalmente por Dupond-Moretti. Por el otro, también hubo procesos disciplinarios contra tres integrantes de la fiscalía nacional financiera, que había investigado en el pasado al actual ministro de Justicia en el marco del caso de las escuchas judiciales, por el que fueron condenados el expresidente Nicolas Sarkozy y su abogado Thierry Herzog, ambos cercanos a Dupond-Moretti.

Todos esos procesos disciplinarios fueron desestimados por el Consejo Superior de la Magistratura. "El ministro de la Justicia se encontró en una situación objetiva de conflicto de intereses", indicó el año pasado ese organismo encargado de velar por la independencia del poder judicial respecto al ejecutivo. Un delito de conflicto de intereses puede acarrear en Francia penas de hasta cinco años de prisión, la inhabilitación multas de un máximo de 500.000 euros. Si lo condenan, Dupon-Moretti deberá dimitir, ha asegurado la primera ministra, Élisabeth Borne, cuya decisión de mantenerlo en el cargo durante el juicio ha suscitado numerosas críticas.

Abogado mediático

Antes de su designación como ministro en julio de 2020, Dupond-Moretti era uno de los abogados más conocidos en Francia por haber asumido la defensa de Abdelkader Merah —hermano del yihadista Mohamed Merah— o Karim Benzema en el caso de la prostituta de lujo Zahia, entre otros muchos casos de gran repercusión mediática. Su nombramiento fue muy criticado por parte de los sindicatos y organizaciones de magistrados, con los que mantenía tensas relaciones. 

"Pese a todas las advertencias, Dupond-Moretti no tomó las medidas que le permitirían apartarse de los conflictos de intereses en esos dos dosieres. De manera consciente, impulsó investigaciones administrativas contra esos magistrados, lo que debería haber evitado", afirman los magistrados de instrucción en la interlocutoria. El ministro, que impulsó esos procesos disciplinarios apenas un mes después de haber asumido el cargo, se defiende con el argumento de que lo hizo siguiendo los consejos de su administración. Reprocha a los magistrados de instrucción de impulsar este proceso judicial para "ensuciar su reputación como abogado".

Después del caso de Dupond-Moretti, también juzgarán a finales de mes al ministro de Trabajo, Olivier Dussopt, acusado de un delito de favoritismo en 2009 cuando ejercía de alcalde de Annonay (centro-este). Estos procesos coinciden con el de François Bayrou, exministro de Justicia y uno de los primeros aliados de Macron, juzgado en el marco de una presunta trama de falsos asistentes parlamentarios en el Parlamento Europeo. Una serie de escándalos que debilitan la promesa inicial de Macron de construir una "República ejemplar". Desde 2017, ese ideal se ha ido diluyendo con la sucesión de affaires, así como las pocas medidas impulsadas para luchar contra la corrupción.