El funeral del ex primer ministro de Japón Shinzo Abe, asesinado el viernes tras ser tiroteado durante un acto de campaña en la ciudad de Nara, ha tenido lugar este martes en un templo budista de la capital, Tokio, que ha contado con una cantidad limitada de participantes, entre ellos el primer ministro, Fumio Kishida, varios parlamentarios y miembros de su familia.

El acto se ha celebrado en el templo Zojoji de la capital japonesa, a donde cientos de personas se han desplazado para presentar ofrendas florales en honor a Abe, según ha informado la agencia japonesa de noticias Kyodo. Asimismo, se han depositado ofrendas en la oficina de Abe en su circunscripción, Shimonoseki, así como en la Universidad Seikei de Tokio, donde estudió.

Tras el funeral, el cuerpo del ex primer ministro, que se convirtió en la persona en ocupar el cargo durante más tiempo en la historia del país, será trasladado a su oficina y otros lugares clave de la política japonesa para otros actos, tal y como ha recogido la cadena de televisión japonesa NHK.

Durante la jornada del lunes, cerca de 2.500 personas acudieron a este mismo templo para participar en el velatorio, según la facción del Partido Liberal Democrático (PLD) liderada por Abe. Entre ellas estuvieron la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, y el embajador ruso en Japón, Mijail Galuzin.

Abe fue tiroteado el viernes durante un acto de campaña. El asesino confeso, detenido en el lugar del crimen había señalado al político por fomentar a un grupo religioso que acabó arruinando a su madre por el exceso de donativos que ella les entregaba, según fuentes próximas a la investigación.

El acusado ha puntualizado, según las mismas fuentes, que en ningún momento atacó a Abe por sus creencias políticas, frente a las primeras informaciones que apuntaban a que el ex primer ministro fue asesinado por un individuo contrario a sus ideas conservadoras y nacionalistas.

Por su parte, el presidente de la Comisión Nacional de Seguridad Pública, Satoshi Ninoyu, ha ordenado a la Policía crear un comité para investigar los posibles fallos de seguridad durante el incidente y ha resaltado que altos cargos policiales han admitido que el despliegue de seguridad fue inadecuado, incluidos problemas durante los procesos de escolta y guardia.