Durante las 48 horas en que se han reunido en Bruselas los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea hay dos socios más -Países Bajos y Dinamarca- que han pasado a engrosar la lista de estados miembros -junto con Polonia, Bulgaria y Finlandia- a los que Rusia ha decidido cortar el suministro de gas en castigo por no pagar la factura en rublos. Un movimiento que reafirma a la UE en su camino hacia la independencia energética, que augura probablemente nuevos choques con Moscú y que ha coincidido con un compromiso obligado para los Veintisiete: reforzar sus planes de contingencia y prepararse ante posibles nuevas disrupciones en el suministro de gas, acelerando el llenado de los depósitos subterráneos que alcanzan ya, según ha destacado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el 41% de su capacidad, cinco puntos más que hace un año. 

Este ha sido uno de los mensajes que ha lanzado al término de una cumbre extraordinaria muy centrada en Ucrania y la energía, que ha permitido a los Veintisiete adoptar, tras casi un mes de negociaciones, un acuerdo político sobre un embargo parcial al petróleo ruso y sus derivados que afectará al crudo que llega por barco. Habrá excepciones y medidas de emergencia para los países que no tienen acceso al mar, como Hungría, pero a finales de año la idea es cortar el 90% del crudo ruso lo que supondrá un golpe importante a las finanzas del Kremlin y la financiación de la guerra en Ucrania. Los detalles terminarán de perfilarse en las próximas horas con el objetivo de adoptar una decisión este miércoles o jueves que supondrá un punto y aparte en las relaciones energéticas con Moscú.

Lo que nadie se plantea de momento es golpear al gas ruso e imponer una medida similar. “Es un paso muy grande y ahora tenemos que hacer una pausa”, opina el primer ministro belga, Alexander De Croo. “Primero pongamos en práctica este (sexto) paquete. El gas es mucho más complicado”, ha admitido. “El gas debería formar parte de un séptimo paquete pero soy también realista y se que no lo será. Hay un problema técnico que se ha resuelto con Viktor Orban pero con el gas es diferente”, ha admitido el austriaco Karl Nehammer. "Lo que no podemos hacer es adelantar debates y yo no voy a contribuir a ello”, ha dicho por su parte el presidente Pedro Sánchez. También se ha mostrado cauteloso el presidente francés, Emmanuel Macron, que aunque no ha descartado un posible embargo en el futuro al gas ha optado por mantener la ambigüedad y a ver cómo evoluciona la guerra.

Potencial de la Península Ibérica

La solución, a juicio de los líderes europeos, pasa por la diversificación, la búsqueda de suministradores de energía fiables y más energías renovables, un campo en el que España y Portugal pueden jugar un papel importante, tal y como recogen las conclusiones, que apuestan por aprovechar el “potencial de la Península ibérica para contribuir a la seguridad y suministro de la UE”. En este terreno también los jefes de estado y de gobierno se comprometen a “completar y mejorar las interconexiones de gas y electricidad europeas invirtiendo en proyecto nuevos y existentes, incluido el gas natural licuado (LNG) y las interconexiones de electricidad y de gas preparadas para hidrógeno”.

Las conclusiones no hacen ningún tipo de referencia ni a posibles plazos ni a quien financiará los proyectos pero el presidente español lo tiene claro: “ Si tenemos menos de un 4% de interconexiones y somos una isla energética, y si los contribuyentes españoles han sido quienes han tenido que pagar la regasificacion y el almacenamiento de gas licuado, creo que le toca a la UE pagar esas interconexiones”, ha valorado. Lo que sí sale de la cumbre es el encargo a la Comisión Europea a que explore fórmulas para reducir los precios de la energía como la introducción de “límites temporales a los precios de las importaciones”. Una solución que España y Portugal consiguieron en marzo pasado a través de la llamada “excepción ibérica” que todavía no se ha matizado, aunque Sánchez ha vuelto a dejar claro que espera una decisión de la Comisión muy pronto.

Hambruna en África

Dos tercios de las personas con malnutrición en el mundo, 282 millones en total, vivían en Africa en 2020, según datos de la FAO. A ellos se suman 46 millones de africanos más amenazados por el hambre a causa de la pandemia de Covid19. Una situación, que según ha alertado el presidente de Senegal y presidente de turno de la Unión Africana, Macky Sall, podría empeorar todavía más por la guerra de Rusia en Ucrania. “La situación es preocupante y lo peor podría estar todavía por delante si se mantiene la tendencia actual. Los fertilizantes han triplicado su precio y según algunas estimaciones la producción de cereales en Africa podría caer entre un 20 y 50% este año”, ha advertido.

Lo ha hecho durante una breve intervención en la segunda jornada de la cumbre de jefes de estado y de gobierno de la UE, veinticuatro horas después de que lo hiciera el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, durante un debate dedicado a la seguridad alimentaria en el que ha urgido a los Veintisiete a hacer todo lo posible para “liberar los stocks de cereales disponibles” y asegurar su transporte para evitar un “escenario catastrófico de penuria” y un alza generalizada de precios. “Se que está la cuestión del bloqueo del puerto de Odesa que impide el flujo de los stocks de cereales. Apoyamos el mecanismo propuesto por la ONU para desbloquear la situación”, ha añadido sobre el bloqueo de más de 20 millones de toneladas de cereal en los puertos ucranianos. Una idea también recogida por los líderes europeos en las conclusiones de la cumbre en las que urgen al Kremlin a detener los ataques a las infraestructuras de transporte en Ucrania y levantar el bloqueo del Mar negro para permitir las exportaciones de alimentos.

Según ha anunciado, el equipo del presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, el político europeo se reunirá la próxima semana con el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, para abordar este problema. Sall también ha aprovechado su intervención ante los líderes europeos para advertir de los “efectos colaterales” y las consecuencias que tienen las perturbaciones del sistema swift, a cuenta de las sanciones a los bancos rusos, porque complican el acceso y el pago de productos. “Es una cuestión que debe ser examinada con rapidez para encontrar soluciones”, ha reclamado.