"¿Qué es lo que la sociedad colombiana quiere de su propio país?". El izquierdista Gustavo Petro obtuvo el 40,4% de los votos y ganó con comodidad el primer turno de las elecciones presidenciales. Le sacó 12 puntos a Rodolfo Hernández, una suerte de trumpismo autóctono que, sin programa de Gobierno y mucho Tik Tok relegó a un tercer y penoso lugar a nada menos que a Rafael Fico Gutiérrez, el representante de la derecha más tradicional, quien arañó el 24% de las adhesiones. La pregunta que lanzó Petro al país tras su victoria y de cara al' ballotage' del 19 de junio tuvo una dosis de advertencia. Tanto su coalición, el Pacto Histórico, que lleva como candidata a vicepresidente a Francia Helena Márquez Mina, una abogada feminista que descolló en las luchas ambientales, como la Liga de Gobernantes Anticorrupción, en la que Hernández es acompañado por la ingeniera ultracatólica Marelen Castillo, han enarbolado la bandera del "cambio". Para uno y otro contendiente, el ex guerrillero, ex alcalde bogotano y senador, y, enfrente suyo, un ex alcalde de Bucaramanga que ha encarnado la figura del outsider, la palabra "cambio" devino mantra a lo largo de la campaña electoral. Durante la noche del domingo, Petro intentó adueñarse de su único significado posible. "Se define qué clase de cambio queremos: suicidarnos o avanzar. ¿Seguimos por el camino de las frases huecas mientras lo que se hace es seguir con las cosas como están? ".

Petro ofreció algunas certezas políticas: el proyecto de continuidad en el poder de la derecha, con Iván Duque actualmente como último eslabón, "ha sido derrotado". Por lo tanto, "se acaba un periodo, una era" que tuvo en Álvaro Uribe a su figura dominante por casi dos décadas. "Ganó el país que no quiere seguir un día más con los mismos y las mismas que nos ha llevado a la situación dolorosa en la que hoy estamos. Hoy ganó la una voluntad ciudadana firme para acabar con la corrupción como sistema". El candidato del Pacto Histórico obtuvo este domingo 8,4 millones de votos. Dijo que le falta un millón más de adhesiones para ocupar a partir del 7 de agosto el Palacio de Nariño. No se ha demorado en salir a buscarlos.

Para Petro, la campaña con vistas a la segunda vuelta ya ha comenzado. Y por eso lanzó en la noche bogotana su primer estilete retórico contra Hernández. "La corrupción no se combate con frases de TikTok. Hoy en el país tenemos más hambre y violencia". Y añadió: "¿podemos ser una gran Nación si admiramos a Hitler?". Seis años atrás, en el marco de una entrevista radiofónica con la cadena RCN, Hernández dijo muy suelto de cuerpo ser "seguidor del gran pensador alemán", quien no era otro que el dictador nazi. Fue tan escandalosa esa confesión que el entonces alcalde de Bucaramanga tuvo que salir a pedir disculpas. "Cualquiera tiene un lapsus y me equivoqué". Semejante derrape conceptual no le impidió pasar a la segunda vuelta.

La respuesta de Hernández

 "Hoy ganó el país que no quiere seguir un día más con los mismos y las mismas que nos ha llevado a la situación dolorosa en la que hoy estamos", dijo Hernández. "Ganó la una voluntad ciudadana firme para acabar con la corrupción como sistema de Gobierno. Hoy perdió el país de la politiquería". De cara a los desafíos de junio añadió: "soy consciente de la necesidad de unir al país". Por lo pronto, ya ha sumado la voluntad de Gutiérrez de respaldar sus aspiraciones presidenciales. "Petro, por todo lo que ha dicho y todo lo que ha hecho, no le conviene a Colombia. Es un peligro para la democracia, para las libertades, la economía, las familias y nuestros hijos", dijo el atribulado derechista al explicar su postura.

¿Qué hará el centro el 19 de junio?

Cada uno a su manera, Petro y Hernández son asociados a dos corrientes "antisistema". Uno de ellos, el ex alcalde bogotano, intentará subirse a la ola de transformaciones que experimenta la región con la llegada al poder de Gabriel Boric, en Chile, y las crecientes chances que tiene Luiz Inacio Lula da Silva de volver al poder en Brasil.

Con el correr de los días se develará cuál será la postura del centro político, otro de los grandes perdedores de este domingo. "Tenemos que saber perder y entender que no fuimos escogidos", dijo Sergio Fajardo. Es probable que una franja de ese espacio político prefiera a Petro antes que a Hernández. Sin embargo, nada esta dicho y menos en un país donde el horizonte de expectativas que ha generado la izquierda tiene como contraste un fuerte desapego social con las instituciones democráticas. Un mes antes de los comicios el Barómetro de las Américas, dio cuenta de que el 78% de los colombianos cree que buena parte de la dirigencia política es corrupta. Esa percepción se ha reflejado en las urnas, y no solo a través del voto a Hernández. La abstención ha sido del 45% del padrón electoral.

Colombia entra desde el mismo lunes en una campaña que no estará exenta de tensiones propias del desenlace y a las que deben sumarse los problemas crónicos de violencia en el país, tanto paramilitar de ultraderecha como la proveniente del narcotráfico o las fracciones guerrilleras que no aceptaron el acuerdo de paz de 2016. La misión de observadores de la UE ha dado cuenta hasta que punto el ejercicio electoral en Colombia está reñido con el riesgo. En 375 de los 467 municipios se ha detectado algún nivel de riesgo, mientras que 95 se encuentran en riesgo extremo. Hasta Daniel Daza, el astrólogo que predijo los nombres de los contendientes del segundo turno, dijo haber sido amenazado por haber lanzado esa profecía.