El número de víctimas mortales a causa del paso del tifón 'Rai' por Filipinas ha ascendido a cerca de 405 y 82 personas continúan desaparecidas, según el último balance facilitado este viernes por las autoridades, que han indicado que más de 4,2 millones de personas se han visto afectadas y más de 570.000 se encuentran desplazadas.

La región con más víctimas mortales es la de Visayas central (170), seguida de Caraga (167) y Visayas Occidental (24). Hay 6 fallecidos en Visayas Oriental, siete en Mindanao del Norte y uno en Mindanao Occidental. Del total de 56 desaparecidos, 47 corresponden a Visayas Central, ocho a Caraga y uno Visayas Oriental.

Según la Policía, se han instalado 3.571 centros de evacuación que albergan a 30.065 familias de desplazados, 99.568 individuos. En los mismos hay unos 600 policías desplegados. Además hay 3.164 zonas sin suministro eléctrico y son 1.897 sin servicio de telefonía móvil.

Por su parte, el Centro de Respuestas a Desastres, Supervisión de Operaciones e Información del organismo ha señalado que más de 450.000 familias se han visto afectadas por el paso del tifón, que golpeó el centro de Filipinas, según el diario 'The Philippines Star'.

Las familias residen en las regiones de Bicol, Bisayas Centrales, Bisayas Occidentales, Bisayas Orientales, Caraga, Davao, Mimaropa y la península de Zamboanga, con cerca de 500.000 desplazados en 2.481 centros de evacuación y más de 193.000 personas acogidas temporalmente por familiares o amigos.

Por su parte, el presidente filipino, Rodrigo Duterte, ha prometido "un convoy de arroz y agua" para los supervivientes mientras intenta conseguir que el Gobierno libere unos fondos que espera que ascienda a los 4.000 millones de pesos filipinos (alrededor de 71,2 millones de euros).

El mandatario ha resaltado que 2.000 millones de pesos (unos 35,6 millones de euros) irán destinados a las autoridades locales de las zonas afectadas por el paso de 'Rai', mientras que los otros 2.000 millones de pesos estarán destinados a ayudar a los supervivientes.

Duterte ha reconocido que el Gobierno tiene "enormes deudas" a causa de los costes de la respuesta a la pandemia de coronavirus y ha adelantado que habrá que esperar a los Presupuestos de 2022 "para tener dinero para gastar", tal y como ha recogido la cadena de televisión filipina ABS-CBN.

El tifón azotó Filipinas desde el jueves y hasta el sábado con vientos de 195 kilómetros por hora. Ahora la Policía se ha desplegado para garantizar la seguridad, en especial en supermercados, donde se están formando largas colas para adquirir suministros.

La Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios está trabajando en las necesidades de la población tras el paso del tifón y ha indicado que lo "prioritario" es entregar alimentos a las familias, así como artículos no alimentarios, acceso a agua potable y kits de higiene, kits de reparación de refugios de emergencia y refugios temporales, combustible, suministros médicos. Están trabajando en restablecer el acceso a todas las zonas afectadas, así como servicios de protección.

Hasta el momento, las personas afectadas han indicado a las agencias humanitarias su preferencia por la ayuda en efectivo para acceder a los mercados locales en los que se había restablecido el suministro.

La oficina de Naciones Unidas ha indicado que es "urgente" aumentar la ayuda humanitaria para "evitar que las comunidades ya afectadas se vean más expuestas a más riesgos meteorológicos y daños".