El cambio climático profundizará las ya grabes desigualdades económicas entre los países ricos y los más pobres. Esa creciente amenaza es la que ha llevado al Banco Central Europa (BCE) a establecer un centro para el cambio climático, que comenzará a funcionar a comienzos de 2021 y unificará todo el trabajo relacionado con asuntos relativos al clima en diferentes partes del banco. En ausencia de una transición ecológica, los riesgos físicos en Europa se concentran de manera desigual entre países y sectores de la economía, ha advertido su presidenta, Christine Lagarde.

El centro, en el que trabajaran diez economistas del BCE, estudiará el impacto de la crisis climática en la economía e incorporará las consideraciones relacionadas con el clima en la política monetaria del organismo. Su funcionamiento será revisado cada tres años. Así, se encargará de dar forma y dirigir la agenda climática del BCE a nivel interno y externo. Sus actividades se organizarán en líneas de trabajo, que van desde la política monetaria hasta las funciones prudenciales.

Fondo de bonos verdes

La decisión llega tras la presentación de los resultados preliminares del examen de resistencia al riesgo climático que está llevando a cabo la institución para evaluar su impacto en el sector bancario en un horizonte de 30 años.

El BCE va a invertir en un fondo de bonos verdes emitido por el Banco de Pagos Internacionales (BPI) para financiar la producción de energía renovable, proyectos eficientes con la energía y otros proyectos medioambientales. Una inversión en la que participará el Banco de España.

Lagarde ha recordado que la institución ha solicitado que los bancos realicen una autoevaluación del riesgo climático y elaboren planes de acción, que comenzará a valorar este año, mientras que en 2022 llevará a cabo "una prueba de estrés climático a nivel bancario".

A este respecto, ha reconocido que el papel activo del BCE en algunos mercados "puede influir en el desarrollo de ciertos segmentos del mercado", además de las medidas implementadas por la institución con respecto a sus fondos propios y fondos de pensiones, donde ha elevado el peso de los bonos verdes al 3,5% el año pasado y planea aumentarla aún más, ya que se espera que este mercado crezca en los próximos años.