Theresa May logró mantener las riendas durante la crítica reunión que celebró en la tarde del miércoles con el Comité 1992 de diputados conservadores en el palacio de Westminster. Muchos de los presentes han venido criticando su estrategia negociadora del brexit y buscan un giro en la negociación, con la amenaza de deponer a la primera ministra. Se asegura incluso de que están a punto de conseguir las 48 cartas necesarias para presentar una moción contra ella. Pero en el encuentro a puerta cerrada que duró 45 minutos reinó la contención. No fue Daniel en el foso de los leones, más bien un pequeño zoo, comentó el diputado Michael Fabricant. Fue un discurso emotivo y personal, que se ganó al auditorio, según la exministra de Interior Amber Rudd, una fiel aliada.

En su exposición, May defendió una vez más su plan y dijo haber conseguido una serie de concesiones de la Unión Europea, incluido el papel del Tribunal Europeo de Justicia sobre los derechos de los ciudadanos europeos residentes en el Reino Unido. Los euroescépticos no aceptan la posibilidad de extender la etapa de transición más allá del 2020 y pagar billones al presupuesto de la UE por un año extra. May cree sin embargo que alargar la permanencia en el mercado comunitario hará más fácil conseguir un acuerdo con Bruselas y resolver el problema de la frontera con Irlanda.

Miedo y fracaso

La primera ministra logra seguir adelante, pero los británicos han perdido la confianza en ella. La mayoría no espera que las negociaciones acaben con un buen acuerdo y empiezan a temer las consecuencias personales del brexit. Según el sondeo Ipsos MORI para el 'Evening Standard' publicado el miércoles, el 78% de los consultados, (8 puntos más que el mes pasado), cree que las negociaciones serán un fracaso, frente al 19% que piensa lo contrario. El 61% considera que el brexit afectará negativamente a la economía del país el próximo año. El 43% teme que su nivel de vida saldrá perjudicado y solo el 18% espera que suba. Entre los propios votantes conservadores el 64% está convencido de que May fracasará a la hora de lograr un buen acuerdo y solo el 34% mantiene aún la fe en ella.