El Gobierno griego acusó ayer a Ankara de incumplir su parte del trato al seguir permitiendo la llegada de nuevos migrantes a las islas del Egeo oriental tres días después de entrar en vigor oficialmente el acuerdo UE-Turquía.

La portavoz del Ejecutivo, Olga Yerovasili, aseguró que "Turquía no está aplicando sus compromisos" y dio un plazo de diez días para que el acuerdo se cumpla.

Según el centro de gestión de crisis del Gobierno griego, entre las 07.30 hora local del lunes y la misma hora de ayer llegaron a las islas del mar Egeo 600 personas: 281 a la isla de Quíos, 181 a Lesbos y el resto a Kos y Leros.

Yerovasili reconoció que durante un tiempo transitorio "ninguna de las partes" puede cumplir sus compromisos. "Cada demanda será examinada individualmente. Hay también otros países, además de Turquía, que son seguros para algunos refugiados", añadió Yerovasili.

Por otro lado, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) confirmó que se distancia del acuerdo y que no colaborará con las autoridades europeas en el proceso de identificación de solicitantes de asilo en Grecia porque los demandantes estarán en centros de detención, una política que el organismo rechaza.

La Acnur tampoco distribuirá ayuda humanitaria ni colaborará en las labores de traslado en las islas griegas, como hacía hasta ahora, unas tareas que la organización humanitaria confía sean asumidas por la UE.

También Médicos Sin Fronteras (MSF) decidió suspender sus actividades en el centro de registro de Moria, en Lesbos, alegando las mismas razones de la Acnur. "Hemos tomado esta difícil decisión de cesar nuestras actividades en Moria porque continuar trabajando en el interior del centro nos haría cómplices de un sistema que consideramos injusto e inhumano", afirmó Marie Elisabeth Ingres, coordinadora de MSF en Grecia.