La Unión Europea (UE) es consciente de que el plan para reubicar refugiados de Grecia e Italia y reforzar el control de las fronteras exteriores ha sido un fracaso. Desde septiembre hasta ahora solo se ha reubicado a 184 de los 160.000 sirios, eritreos e iraquíes, solo funcionan dos de los 11 centros de registro de huellas dactilares prometidos y las llegadas de Turquía a través de las islas del Egeo siguen estando en torno a 4.000 diarias. Con este crudo panorama, los líderes europeos quieren aprovechar esta última cumbre del año para renovar el compromiso político en torno a una estrategia migratoria que sigue haciendo aguas.

"La aplicación de la estrategia resulta insuficiente y debe acelerarse", admiten en el borrador de conclusiones que tienen previsto aprobar durante este Consejo Europeo, el séptimo en lo que llevamos de año en el que se discute al máximo nivel político la crisis migratoria. "Para preservar la integridad de Schengen --el espacio de libre circulación de personas-- es indispensable recuperar el control de las fronteras exteriores. Es preciso resolver con rapidez las deficiencias observadas, en particular por lo que respecta a los puntos críticos, la reubicación y el retorno", reconocen.

Palabras que reiteran el mensaje más repetido estos días por el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, que no es otro sino que no hay alternativa a la protección de fronteras y que es una condición sine qua non para que la política migratoria europea funcione. "Si fracasamos --a la hora de proteger las fronteras exteriores-- tendremos que cerrarlas inevitablemente", alerta el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker.

Compromisos a renovar

Entre los compromisos que tienen intención de renovar: subsanar las deficiencias de las fronteras exteriores de Schengen, resolver los problemas con los centros de registros y acordar un calendario preciso para abrir los nueve que faltan, y tomar medidas para superar la negativa de muchos refugiados a registrarse, entre otros elementos. Los líderes también se comprometerán a estudiar la nueva propuesta para crear un cuerpo de guardacostas y fronteras europeo.

"Europa no puede seguir siendo vulnerable cuando los países de Schengen no son capaces de proteger efectivamente sus fronteras. Si rechazamos la propuesta de la Comisión, tendremos que encontrar otra, pero me temo que será igual de dolorosa", alerta Tusk.

Berlín también presiona para que el máximo número de socios posible participe en el esquema de acogida de refugiados voluntario promovido por la Comisión Europea y que era objeto ayer en Bruselas de una minicumbre en la que estuvieron presentes once estados miembros --Mariano Rajoy estaba invitado pero no acudió-- y el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu.

De la cita no salen números, pero sí supone un gesto político hacia Ankara destinado a convencer al Gobierno de Recep Tayip Erdogan de que blinde una frontera marítima que sigue siendo muy porosa.