"La masacre del siglo- ¡en Egipto!". El periódico conservador Al Dustur publicó ayer esta frase a toda página en su portada. Debajo, el rotativo exponía un plan delirante: si el general retirado Ahmed Shafiq gana las elecciones presidenciales, los Hermanos Musulmanes organizarán protestas masivas y utilizarán francotiradores que disparen contra los manifestantes para crear un baño de sangre. Luego, los beduinos del Sinaí, ayudados por Hamás, protagonizarían un golpe de Estado y una matanza.

En caso de que la victoria sea para el islamista Mohamed Mursi, expone Al Dustur, la Hermandad asesinará a Shafiq y a 300 figuras públicas más. El artículo ha creado mucho revuelo, pero no cita ninguna fuente y recuerda a las piezas difamatorias en contra de los islamistas que aparecían en la prensa egipcia antes de la caída de Mubarak. El mismo Mursi contestó a estos ataques asegurando que su organización "denuncia la violencia y rechaza cualquier tipo de rumor que pueda causar inestabilidad".

Pero mientras la escena política se caldea, las calles del país miran con escepticismo estos enfrentamientos verbales. En el mercado popular de la calle Suleiman Gohar, el vendedor de muebles usados Samir Munir aseguró que son mentiras, "la gente en Egipto es pacífica y los periódicos solo quieren crear polémica para vender más".

Sentado a un lado de la calle, Nasser Mahmud miraba se desconcertado ante el giro que ha tomado la situación política en los últimos días. "Los militares han sido como reyes durante 60 años y han gobernado Egipto sin que nadie les cuestionara. Pero deben aceptar que esto ha cambiado",