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RELATO DE UN CLAN NOMADA.

Rumanos en busca de un hogar

Una familia, que lleva más de una década instalada en los suburbios de París, intenta reubicarse después de ser expulsada del campamento histórico de Hanul.

Rumanos en busca de un hogar

Los 45 miembros de la familia de Mitica Ichim se han instalado en una parcela que hace esquina con el pasaje Dupunt y la calle Cristino García, en pleno corazón de la Pequeña España. Es el barrio suburbial de Saint-Denis --limítrofe al norte con París-- donde se formó la comunidad más importante de inmigrantes españoles hace un siglo y que está al lado del reluciente Stade de France. Cristino García fue un comunista asturiano que hizo las dos guerras y acabó siendo ejecutado por Franco como maquis. Ahora, este barrio de casas bajas está fuertemente degradado y el ayuntamiento tiene un plan de nuevos pisos sociales.

Las familias de rumanos han ocupado cuatro de sus parcelas municipales después de errar por Saint-Denis, porque el pasado 8 de julio fueron desalojados del campamento histórico de Hanul, un poco más abajo y propiedad de una empresa pública. El quincuagenario Mitica Ichim llegó a Hanul hace diez años y allí tuvo a su hija Bianca, que cursa quinto de primaria y nos hace de intérprete del romaní en torno a una mesa y unas sillas de reciclaje, mientras los hombres levantan nuevas casas de madera.

"En Rumanía, no podíamos vivir en ninguna parte. Los niños no iban a la escuela. Y, los que estaban inscritos, eran objeto de burla", recuerda dolido Mitica. El presidente de la asociación de la parcela se queja de que, a su edad, nadie le quiere dar trabajo. Su familia recoge chatarra, pero no mendiga. "Durante la expulsión en Hanul, participaron muchos policías. Nos agarraron y nos tiraron al suelo. Y cada vez que nos cambiábamos de sitio, venían a echarnos, tanto policías nacionales como municipales", dice. El ayuntamiento comunista se da un año para alojar a cien personas. Se ha firmado un protocolo para proporcionarles agua, luz y canalizaciones a cambio de 8.000 euros por parcela y las facturas mensuales.

"Está claro que las expulsiones reiteradas no son la solución", dice la primera teniente de alcalde de Saint-Denis, Florence Haye. Mitica no se siente en peligro: "No tengo miedo de ser expulsado porque llevo doce años en Francia y tengo dos hijas que han ido a la escuela, y también dos nietos".

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