Desde el vértice geodésico de Sierra Alta hasta el puerto de Rute, siguiendo la cuerda hacia el este, se suceden tres cerros que los lugareños denominan Morrones: el Morrón de Tazaplata, el de Salvador y el Morrón del Puerto. Subimos hasta la cresta de la sierra para situarnos entre el Morrón del Salvador y el Morrón del Puerto, a través del pinar, buscando las zonas más aclaradas y menos pedregosas. La vegetación no es muy densa, y se compone de algunas matas de retama, tojo y matagallo. En todo lo alto encontramos que el modelado de la roca ha proporcionado sugerentes formaciones de pináculos y viseras.

Ascendemos hasta el Morrón del Puerto, donde disfrutamos hacia el sur de hermosas vistas de diversas sierras granadinas y malagueñas. Al norte, se divisan diversos picos de la parte norte del parque natural y la vista se extiende hasta la campiña de Córdoba. Siguiendo senderos de cabras bajamos hasta el puerto de Rute, un amplio y suave collado de 1.012 metros de altitud que separa el Morrón del Puerto de la espigada loma de las Chozas. Si descendemos hacia el norte enlazaremos con el sendero GR-7 por el que podremos regresar a Rute. Nosotros preferimos virar hacia el sur, dejando a nuestra izquierda la cerca de un olivar hasta salir a un camino por el que llegamos al cortijo de las Herreras, y, siguiendo la pista de acceso a esta enorme construcción, salir de nuevo a la carretera de Las Lagunillas (CO-8212). En esta parte de la Sierra de Rute, desde el Morrón del Salvador hasta el puerto de Rute, los pinares van siendo sustituidos por encinas. Un rayo de esperanza sobre la recuperación del encinar primigenio después de la decepción que tuvimos al principio de la jornada.